Por Lorenzo Cañizares y Rolando Castañeda*
En estos momentos cuando la buena imagen de EEUU está disminuyendo en América Latina, China ha reemplazado a EEUU como el primer socio comercial de Brasil y Chile, los diplomáticos escogidos por el presidente Barack Obama para asistirlo en América Latina no han podido entrar en funciones por las dilaciones republicanas y parlamentarios estadounidenses están impulsando un importante proyecto de ley para eliminar la prohibición a los viajes y algunas restricciones a las ventas agrícolas a la isla, el gobierno cubano está colaborando, con su marcada intransigencia e insensatez política, a sacarle las castañas del fuego al gobierno estadounidense y hacer posible cambios positivos que beneficiarían al pueblo cubano.
Recientemente firmamos una petición para que Las Damas en Blanco sean nominadas para el Premio Nobel de la Paz. Estas valerosas señoras se han ganado el respeto mundial con su abnegado esfuerzo y los riesgos contra su integridad física al defender los derechos humanos fundamentales y el trato justo que le han sido negados a sus seres queridos y al pueblo cubano. El mundo ha observado a través de videos de sus demostraciones pacíficas en las calles de La Habana, que estas señoras han sido arrestadas, abusadas y maltratadas por los agentes de seguridad del régimen cubano.
Esos atropellos a mujeres indefensas y la marcada torpeza con el cual el gobierno cubano ha lidiado con la muerte de Orlando Zapata Tamayo, han causado consternación a los amigos y simpatizantes del régimen, como al presidente brasileño Lula, quienes se han visto obligados a justificar con increíbles y entupidos argumentos las acciones represivas del gobierno cubano. Cuando se compara a Zapata Tamayo con criminales comunes y traficantes de drogas, simplemente se es estúpido y se insulta al ciudadano común de Cuba y del mundo. ¡Que manera más insensata de manchar una trayectoria política! Precisamente ahora cuando Brasil hace sentir cada día más su presencia en el ámbito internacional y forma parte de la alianza político-económico del BRIC (o sea, Brasil, China, India y Rusia) que tiene tanta envergadura e influencia a nivel internacional. Seguirle el juego a la intransigencia del gobierno cubano puede costarle a la política nacional e internacional del presidente Lula al restarle credibilidad y realismo en el futuro inmediato, como ya le esta ocasionando al gobierno de Venezuela.
Nosotros hemos comentado anteriormente que “el pueblo cubano clama por la unidad de su gente. La gran mayoría sólo ve un desarrollo positivo en restablecer y estrechar lazos comunes. El odio y el resentimiento que han marcado el comportamiento de muchos de ambos lados deben ser puestos en el basurero de la historia que es donde corresponden.” Mantenemos lo expresado. Siempre hemos reconocido y reiterado que el gobierno cubano ha hecho cosas positivas que deben mantenerse y aún consolidarse. También comentamos que el gobierno cubano ha perdido muchos de sus “aliados tradicionales” de la derecha intransigente del otro lado del Mar Caribe que están desapareciendo físicamente del panorama político.
También hemos reiterado que “el gobierno cubano tiene que reconocer que no toda la oposición son agentes extranjeros que están sólo buscando la oportunidad de derrocar al gobierno sino ciudadanos que pretenden espacios de expresión, participación e inclusión ciudadana” en los diferentes ámbitos políticos, sociales y económicos. El propio gobierno cubano a través de su presidente Raúl Castro ha reconocido las muchas dificultades que sufre el pueblo cubano y ha señalado que no se pueden atribuir todas las dificultades dentro de la nación al embargo. ¿Qué se le pretende imponer al pueblo cubano, al ciudadano de a pie? Ustedes, al contrario de los ciudadanos de otros países; no tienen derecho a expresar sus legítimas diferencias y reclamos al gobierno, sólo los líderes del gobierno pueden expresar lo que sienten y corregir sus errores y las deficiencias existentes.
La intransigencia lleva a muchos simpatizantes del gobierno y de la burocracia estatal a negar la necesidad de hacer los cambios estructurales y de conceptos en la nación prometidos por Raúl Castro el 26 de julio del 2007 con lo cual mejoraría la vida cotidiana del pueblo cubano. El riesgo de perder el control absoluto lleva a estos elementos intransigentes a todo tipo de excusas y falacias (por ejemplo, que el elevado crecimiento económico empuja a China al abismo social) para evadir la manifiesta realidad de que dentro del sistema socialista se puede dar cabida a muchos cambios económicos, sociales y políticos que desaten la reprimida capacidad productiva de la nación. Dicha intransigencia tiene una base económica. Esos son los mismos elementos que han creado una nueva clase que se beneficia de la inercia y de las distorsiones existentes.
Además, esta nueva clase tiene un matiz racista el cual se vio claramente en las insinuaciones raciales hacia el “criminal” Zapata Tamayo. Como lo señaló nuestro colega Ariel Hidalgo en su excelente artículo “Las enseñanzas del caso Zapata”, “todas estas y otras muchas incongruencias hacen que la dirigencia del estado y del partido se encuentren actualmente en una crisis de credibilidad en el país y en el mundo y hasta que sectores de la izquierda comiencen a hacer cuestionamiento, no sólo en el exterior sino incluso entre las propias filas de intelectuales que tradicionalmente siempre han apoyado al régimen.”
Comenzamos nuestro artículo comentando sobre el desagrado existente hacia la política de EEUU, el cual ha llevado a los países latinoamericanas a crear una organización regional que excluye a EEUU y Canadá y que está designada a remplazar a la Organización de Estados Americanos (OEA), pero incluyendo a Cuba. A los países regionales, muchos de los cuales reflejaron una reacción adversa al golpe de estado en Honduras, se les está haciendo cada vez más contradictorios y chocantes los atropellos y represiones que se cometen en Cuba con todos esos que están desacuerdo con los 51 años de los hermanos Castro en la dirección de la nación sin permitir que florezcan y se desarrollen otras visiones políticas alternativas modernas, incluso las reformas económicas básicas à la China y Viet Nam.
Por favor hermanos latinoamericanos escuchen lo que dicen los propios funcionarios del gobierno cubano, como por ejemplo Marino Murillo, el ministro de economía de la isla, ante funcionarios de las fuerzas armadas y del ministerio del interior, según lo difundió una agencia de prensa internacional que tuvo acceso a su intervención. Murillo expresó lo que muchos saben, pero otros pretenden encubrir “el gigantesco paternalismo del estado cubano no puede continuar porque no hay manera de mantenerlo”.
Hace unos días, después de los atropellos cometidos por los agentes de seguridad del gobierno de la isla contra las Damas en Blanco, el presidente estadounidense Barack Obama criticó severamente al gobierno cubano por su dura y creciente represión y por las violaciones de los derechos humanos contra los ciudadanos cubanos; le pidió que pusiera fin a su política de “puño cerrado”, y solicitó la libertad inmediata de los presos políticos, declarados presos de conciencia por las instituciones internacionales de derechos humanos. La intransigencia de las autoridades cubanas le ha dado más relevancia a las palabras de Obama las cuales alientan a la nación cubana. Ello, por supuesto, ha provocado una avalancha de palabras ásperas dirigidas al presidente estadounidense por su comentario, pero lo que señaló Obama cobra cada día más vigencia y crea una situación más insostenible dentro de la nación cubana y la comunidad internacional. Sólo los cegados por la intransigencia no comprenden esta apremiante realidad.
*Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.
Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C
En estos momentos cuando la buena imagen de EEUU está disminuyendo en América Latina, China ha reemplazado a EEUU como el primer socio comercial de Brasil y Chile, los diplomáticos escogidos por el presidente Barack Obama para asistirlo en América Latina no han podido entrar en funciones por las dilaciones republicanas y parlamentarios estadounidenses están impulsando un importante proyecto de ley para eliminar la prohibición a los viajes y algunas restricciones a las ventas agrícolas a la isla, el gobierno cubano está colaborando, con su marcada intransigencia e insensatez política, a sacarle las castañas del fuego al gobierno estadounidense y hacer posible cambios positivos que beneficiarían al pueblo cubano.
Recientemente firmamos una petición para que Las Damas en Blanco sean nominadas para el Premio Nobel de la Paz. Estas valerosas señoras se han ganado el respeto mundial con su abnegado esfuerzo y los riesgos contra su integridad física al defender los derechos humanos fundamentales y el trato justo que le han sido negados a sus seres queridos y al pueblo cubano. El mundo ha observado a través de videos de sus demostraciones pacíficas en las calles de La Habana, que estas señoras han sido arrestadas, abusadas y maltratadas por los agentes de seguridad del régimen cubano.
Esos atropellos a mujeres indefensas y la marcada torpeza con el cual el gobierno cubano ha lidiado con la muerte de Orlando Zapata Tamayo, han causado consternación a los amigos y simpatizantes del régimen, como al presidente brasileño Lula, quienes se han visto obligados a justificar con increíbles y entupidos argumentos las acciones represivas del gobierno cubano. Cuando se compara a Zapata Tamayo con criminales comunes y traficantes de drogas, simplemente se es estúpido y se insulta al ciudadano común de Cuba y del mundo. ¡Que manera más insensata de manchar una trayectoria política! Precisamente ahora cuando Brasil hace sentir cada día más su presencia en el ámbito internacional y forma parte de la alianza político-económico del BRIC (o sea, Brasil, China, India y Rusia) que tiene tanta envergadura e influencia a nivel internacional. Seguirle el juego a la intransigencia del gobierno cubano puede costarle a la política nacional e internacional del presidente Lula al restarle credibilidad y realismo en el futuro inmediato, como ya le esta ocasionando al gobierno de Venezuela.
Nosotros hemos comentado anteriormente que “el pueblo cubano clama por la unidad de su gente. La gran mayoría sólo ve un desarrollo positivo en restablecer y estrechar lazos comunes. El odio y el resentimiento que han marcado el comportamiento de muchos de ambos lados deben ser puestos en el basurero de la historia que es donde corresponden.” Mantenemos lo expresado. Siempre hemos reconocido y reiterado que el gobierno cubano ha hecho cosas positivas que deben mantenerse y aún consolidarse. También comentamos que el gobierno cubano ha perdido muchos de sus “aliados tradicionales” de la derecha intransigente del otro lado del Mar Caribe que están desapareciendo físicamente del panorama político.
También hemos reiterado que “el gobierno cubano tiene que reconocer que no toda la oposición son agentes extranjeros que están sólo buscando la oportunidad de derrocar al gobierno sino ciudadanos que pretenden espacios de expresión, participación e inclusión ciudadana” en los diferentes ámbitos políticos, sociales y económicos. El propio gobierno cubano a través de su presidente Raúl Castro ha reconocido las muchas dificultades que sufre el pueblo cubano y ha señalado que no se pueden atribuir todas las dificultades dentro de la nación al embargo. ¿Qué se le pretende imponer al pueblo cubano, al ciudadano de a pie? Ustedes, al contrario de los ciudadanos de otros países; no tienen derecho a expresar sus legítimas diferencias y reclamos al gobierno, sólo los líderes del gobierno pueden expresar lo que sienten y corregir sus errores y las deficiencias existentes.
La intransigencia lleva a muchos simpatizantes del gobierno y de la burocracia estatal a negar la necesidad de hacer los cambios estructurales y de conceptos en la nación prometidos por Raúl Castro el 26 de julio del 2007 con lo cual mejoraría la vida cotidiana del pueblo cubano. El riesgo de perder el control absoluto lleva a estos elementos intransigentes a todo tipo de excusas y falacias (por ejemplo, que el elevado crecimiento económico empuja a China al abismo social) para evadir la manifiesta realidad de que dentro del sistema socialista se puede dar cabida a muchos cambios económicos, sociales y políticos que desaten la reprimida capacidad productiva de la nación. Dicha intransigencia tiene una base económica. Esos son los mismos elementos que han creado una nueva clase que se beneficia de la inercia y de las distorsiones existentes.
Además, esta nueva clase tiene un matiz racista el cual se vio claramente en las insinuaciones raciales hacia el “criminal” Zapata Tamayo. Como lo señaló nuestro colega Ariel Hidalgo en su excelente artículo “Las enseñanzas del caso Zapata”, “todas estas y otras muchas incongruencias hacen que la dirigencia del estado y del partido se encuentren actualmente en una crisis de credibilidad en el país y en el mundo y hasta que sectores de la izquierda comiencen a hacer cuestionamiento, no sólo en el exterior sino incluso entre las propias filas de intelectuales que tradicionalmente siempre han apoyado al régimen.”
Comenzamos nuestro artículo comentando sobre el desagrado existente hacia la política de EEUU, el cual ha llevado a los países latinoamericanas a crear una organización regional que excluye a EEUU y Canadá y que está designada a remplazar a la Organización de Estados Americanos (OEA), pero incluyendo a Cuba. A los países regionales, muchos de los cuales reflejaron una reacción adversa al golpe de estado en Honduras, se les está haciendo cada vez más contradictorios y chocantes los atropellos y represiones que se cometen en Cuba con todos esos que están desacuerdo con los 51 años de los hermanos Castro en la dirección de la nación sin permitir que florezcan y se desarrollen otras visiones políticas alternativas modernas, incluso las reformas económicas básicas à la China y Viet Nam.
Por favor hermanos latinoamericanos escuchen lo que dicen los propios funcionarios del gobierno cubano, como por ejemplo Marino Murillo, el ministro de economía de la isla, ante funcionarios de las fuerzas armadas y del ministerio del interior, según lo difundió una agencia de prensa internacional que tuvo acceso a su intervención. Murillo expresó lo que muchos saben, pero otros pretenden encubrir “el gigantesco paternalismo del estado cubano no puede continuar porque no hay manera de mantenerlo”.
Hace unos días, después de los atropellos cometidos por los agentes de seguridad del gobierno de la isla contra las Damas en Blanco, el presidente estadounidense Barack Obama criticó severamente al gobierno cubano por su dura y creciente represión y por las violaciones de los derechos humanos contra los ciudadanos cubanos; le pidió que pusiera fin a su política de “puño cerrado”, y solicitó la libertad inmediata de los presos políticos, declarados presos de conciencia por las instituciones internacionales de derechos humanos. La intransigencia de las autoridades cubanas le ha dado más relevancia a las palabras de Obama las cuales alientan a la nación cubana. Ello, por supuesto, ha provocado una avalancha de palabras ásperas dirigidas al presidente estadounidense por su comentario, pero lo que señaló Obama cobra cada día más vigencia y crea una situación más insostenible dentro de la nación cubana y la comunidad internacional. Sólo los cegados por la intransigencia no comprenden esta apremiante realidad.
*Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.
Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C
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