Sunday, April 25, 2010

Reflexiones Adicionales sobre los Cambios en Cuba, el Grupo de Pedro Campos y el Paradigma Chino



Rolando Castañeda y Lorenzo Cañizares*


Poco después de haber publicado nuestro artículo “Los cambios estructurales y conceptuales en Cuba y el paradigma chino” supimos del excelente ensayo “Los socialistas cubanos y el síndrome de la mujer barbuda” del ilustre compatriota Haroldo Dilla publicado en la Revista Encuentro 51/52 del invierno/primavera del 2009. Si bien Dilla trata varios temas desde una perspectiva histórica y conceptual más amplia, también tiene muchas coincidencias con nuestras observaciones cuando comenta el sistema que un grupo de intelectuales socialistas cubanos propone para el futuro de la isla. Dicha propuesta elaborada por Pedro Campos (con la aclaración de que realmente es una propuesta colectiva) es similar aunque, a nuestra opinión, más elaborada y consistente que la que comentamos de Cobas e Isa. Así por ejemplo es diferente en cuanto acepta un importante papel para el mercado en el funcionamiento del nuevo sistema. En nuestro citado artículo no nos referimos a la propuesta de Campos porque no rechaza específicamente el paradigma chino (y vietnamita) que a nuestro juicio presenta muy valiosas e interesantes lecciones para el futuro de Cuba.

Dilla señala que el grupo de Campos plantea que las demandas de la acumulación económica se subordinen a los imperativos del bien común, de la equidad social y de la riqueza cultural para así superar los déficits económicos, sociales, políticos y culturales del sistema vigente en la isla, los cuales están generando un costoso empobrecimiento de la sociedad, y por el vacío y la pusilánime omisión de políticas necesarias de ajustes y cambios. Consideramos que ese objetivo general es compartido por otros grupos de cubanos, entre ellos, socialdemócratas y demócratas cristianos. Así muchos compatriotas coincidimos en el diagnóstico de la situación, pero diferimos en la prescripción. Por lo tanto, lo que ahora corresponde es efectuar un amplio debate para considerar y concretar propuestas efectivas s fin de alcanzar ese objetivo común en el futuro.

Consideramos que Dilla, el grupo de Campos, Cobas e Isa y nosotros coincidimos en aspirar a una sociedad participativa, democrática, libertaria e inclusiva. Asimismo, con actividades de autogestión voluntarias y autónomas. Donde sí hay diferencias es la extensión de la autogestión de los trabajadores a todas las actividades económicas y a la eliminación del salario como eje de la alienación. Como señala Dilla, y con lo que estamos completamente de acuerdo, es que un salto malabárico a un escenario no contrastable, deja tras de sí, sin solución, los problemas más urgentes y trascendentales de la sociedad cubana, que además se encuentra en un estado de precariedad que deja muy poco espacio para la experimentación. También, una tentativa autogestionaria generalizada pudiera ser altamente costosa en términos económicos, políticos y sociales.

Por ello queremos elaborar más sobre dos temas básicos. Sobre el sistema socio-económico a establecer en Cuba orientado a dar cumplimiento al objetivo general antes mencionado y hacer unas reflexiones sobre las lecciones que se pueden derivar del paradigma chino.

Consideramos que Dilla debió ser más específico en el régimen que propone para muchas grandes empresas y actividades económicas que obviamente no es el vigente en Cuba ni tampoco es el regime autogestionario generalizado. Aquí es donde precisamente se concentran las principales diferencias en las prescripciones y las que deben ser elaboradas más detenidamente. Descartamos como Dilla la opción de la restauración capitalista por la vía autoritaria y para convertir a la élite gobernante en una clase propietaria aliada del capital extranjero. En este sentido consideramos que la privatización de ciertas actividades, la atracción de la inversión privada extranjera y el mantenimiento parcial o total de la propiedad social en otras deberían estar sujetos a la supremacía del bienestar común. En estas áreas es donde se deberá considerar seriamente la exitosa experiencia china.

Haciendo abstracción del régimen político chino, algunos cubanos de la isla rechazan el paradigma económico chino porque lo consideran como de restauración capitalista, mientras que los cubanos del exterior, y particularmente los de la Florida, lo rechazan porque tiene muchos elementos heterodoxos y socialistas, tales como: ser pragmáticos y no dogmáticos en cuanto al sistema a desarrollar, que se pretenda hacer reformas graduales, incrementales y ordenadas; que la propiedad de la tierra y de la vivienda sólo se otorgan en usufructo; que el estado tiene un activo papel regulador del mercado y en la promoción de ciertas actividades; y que las actividades “estratégicas” se reservan para el estado, etc.

A nuestro juicio ignorar o rechazar el paradigma chino en su totalidad es desconocer la mayor transformación económica de la historia moderna mundial, lo que consideramos similar a rechazar muchas ideas y legados institucionales de la Revolución francesa y de la Revolución estadounidense. Además, el paradigma chino ha consistido en adoptar muchos conceptos y experiencias del exitoso paradigma de los tigres asiáticos a los problemas específicos de la transición del socialismo burocrático estalinista a un socialismo de mercado, así como a los imperiosos requerimientos del desarrollo económico nacional.


*Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C.

Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.

Saturday, April 17, 2010

Los Cambios Estructurales y Conceptuales en Cuba y el Paradigma Chino


Rolando Castañeda y Lorenzo Cañizares*

Desde su muy citado discurso del 26 del julio del 2007 el presidente Raúl Castro ha llamado la atención periódicamente sobre la difícil situación económica del país y sobre la necesidad de adoptar cambios estructurales y conceptuales para enfrentarlos. Desafortunadamente, esos problemas se han acentuado por los huracanes que azotaron al país en el 2008 y la gran recesión mundial del 2008-2009, y así como porque básicamente los importantes cambios requeridos han sido limitados y pospuestos. La economía cubana es muy frágil y depende marcadamente de la amplia ayuda venezolana.

Algunos compatriotas y amigos de Cuba han hecho propuestas concretas sobre los cambios que deberían adoptarse para asegurar un mayor bienestar y progreso económico, político y social. Entre esas propuestas están, entre otras, las presentadas por Roberto Cobas Vivar y Narciso Isa Conde en Kaos en la Red.

Coincidimos esencialmente con sus propuestas sobre que es necesario un debate nacional inclusivo para hacer la sociedad cubana más participativa, protagónica, libertaria y democrática en el poder político, las instituciones básicas y las relaciones socioeconómicas, que tiendan al pleno empoderamiento y a la soberanía ciudadana del pueblo. Y, en esas condiciones, determinar e impulsar las estrategias y tácticas para lograr los objetivos que se tracen. También coincidimos con Conde e Isa en que hay que modificar el socialismo real o capitalismo estatal burocrático e ineficiente existente (que ellos denominan “socialismo irreal”), la burocracia posee intereses de clase muy diferentes del resto de la sociedad nacional; que Cuba debe aprovechar la buena coyuntura geopolítica y geoeconómica internacional para hacer los cambios requeridos; y que es hora de darle vuelta definitiva y eficaz al diferendo con los EEUU.

Sin embargo, diferimos de los amigos Cobas e Isa en el categórico rechazo que hacen de la extraordinaria experiencia china que denominan la restauración capitalista, así como de su utilización de los mecanismos de mercado, cuando expresan que China no constituye absolutamente, ninguna referencia válida para la transición cubana. Igualmente, estamos en desacuerdo con el apoyo que hacen de una sociedad cooperativista y autogestionaria generalizada que no se ha experimentado en ningún otro país del mundo y sólo cuenta con el respaldo de algunas consideraciones teóricas hechas por Marx y Lenin. Al respecto, consideramos que Cuba no está en condiciones de hacer pioneros experimentos económicos-sociales sino asegurar el bienestar y progreso material, social y cultural de su población y brindarle una importante motivación a su juventud mediante cambios probados que han sido exitosos en otros países.

Tanto en la experiencia china como en la sociedad que Cobas e Isa propugnan hay un papel muy importante para la micro, pequeña y mediana empresa individual, familiar y social, así como asociaciones cooperativas y de autogestión voluntarias. Por ello lo que finalmente está en discusión y sobre lo que tenemos desacuerdo con ellos son aquellas actividades que por su naturaleza más compleja requieren una organización productiva, administrativa y funcional diferente, especialmente para estar debidamente actualizadas tecnológicamente y competir apropiadamente en la economía globalizada. En este sentido la experiencia de las privatizaciones, las empresas mixtas con capital extranjero y la inversión privada extranjera han sido fundamentalmente exitosas en el desarrollo chino. Adicionalmente, China considera al mercado dentro de regulaciones públicas como el mejor mecanismo social asignador de recursos por su flexibilidad y descentralización en vez de decisiones burocráticas centrales. En este sentido estamos de acuerdo con el economista Omar Everleny de la Universidad de La Habana que considera que el mercado tiene que ser un componente importante en cualquier economía.

Es conveniente tener muy presente que en sólo 30 años China ha mantenido una extraordinaria y sin precedentes tasa de crecimiento del PIB real cercana al 10% anual que le ha permitido modernizarse y pasar del 178vo lugar mundial de PIB total a la segunda economía mundial y que su producto por habitante ha aumentado 12 veces en ese periodo. El desarrollo de su clase media urbana es indiscutible y evidente en sus numerosos rascacielos habitacionales y la marcada congestión de autos en sus amplias avenidas y carreteras. Este enorme progreso material ha fortalecido notablemente el orgullo y motivación nacional.

Es cierto que China como cualquier otra economía importante confronta diversos problemas que deberá superar, pero su liberalización económica y apertura externa graduales, evolutivas y ordenadas; su pragmatismo orientado a la estabilidad de su sistema con base en el compromiso de adoptar continuas innovaciones y experimentaciones (como señaló Teng-Hsiao-Ping “lo importante no es el color del gato sino que cace ratones”), y su prudencia fiscal son tres pilares fundamentales de lo que hora muchos académicos y analistas llaman el Consenso de Beijing para contraponerlo con el llamado Consenso de Washington. El atractivo del paradigma chino se ha ampliado y fortalecido cuando el XVII Congreso del Partido Comunista Chino caracterizó como fundamentales al ser humano y al desenvolvimiento integral, armónico, coordinado y sostenible de la sociedad en el modelo de desarrollo nacional.

*Rolando Castañeda es economista. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C.

Lorenzo Cañizares es sindicalista. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.

Saturday, April 10, 2010

El Nobel de la Paz para las Damas de Blanco

Ariel Hidalgo

Las flores poseen su propio lenguaje y el gladiolo significa “tristeza por ausencia”. Y es justamente tristeza por sus esposos e hijos presos en cárceles remotas del país, que un grupo de mujeres sale a las calles vestidas con el color de la paz, el blanco, y con gladiolos en las manos, protestando pacíficamente por el injusto cautiverio de sus seres queridos,
Esos hombres no mataron ni hirieron a nadie, no robaron ni realizaron sabotajes. Sólo expresaron críticas contra una política violatoria de los más elementales derechos, como los de expresión y asociación. Y por esa sola razón fueron sentenciados a elevadas condenas de cárcel y confinados a lejanas prisiones del país. Y sus esposas y madres no están pidiendo la renuncia del presidente ni de nadie, ni un cambio de la política gubernamental, sino sólo que se ponga fin a la injusticia cometida contra sus seres queridos liberándolos. Ellas no profieren insultos, no agreden a nadie, no destruyen nada a su paso. Sólo marchan silenciosas con las fotos de sus seres queridos estampadas en sus blancas ropas.

Y sin embargo, el poder descarga todo su odio contra esas mujeres indefensas lanzando contra ellas turbas para hostigarlas e insultarlas, lanzando calumnias contra ellas por todos los medios masivos de difusión que sólo ellos controlan y sacándolas a la fuerza, de la vía pública. Pero nada las detiene y a pesar de la hostilidad y las amenazas, siguen manifestando. Se alega que el imperio les paga para que protesten en las calles. También la dictadura militar argentina pudo haber alegado que las Madres de la Plaza de Mayo recibían cheques de Moscú para que protestaran. Pero sólo los dictadores pueden levantar calumnias tan peregrinas ¿Necesitan estas mujeres que alguien les pague para que se manifiesten a favor de la excarcelación de sus seres queridos injustamente presos?

Por eso un grupo de 12 cubanos integraron un comité gestor para la propuesta de la nominación de las Damas de Blanco al premio Nobel de la Paz 2011, entre ellos algunos de los iniciadores del movimiento disidentes y de derechos humanos, como su fundador, Ricardo Boffil; uno de los gestores en Cuba de la Corriente Socialista Democrática, Enrique Patterson; uno de los más destacados luchadores pacíficos del Movimiento Cristiano Liberación, Miguel Saludes; ex presos políticos como el sindicalista Pedro Pablo Alvarez Ramos, de los 75 de la Primavera Negra; y como Miguel Sigler Amaya, otro de los 75 y miembro de una familia de héroes; Marcelino Miyares, líder demócrata-cristiano que en todas las batallas levanta la bandera de la reconciliación nacional; Eduardo Mesa, el hierro candente en las conciencias cristianas; Teté Machado, la primera en la Diáspora en dar voz a los disidentes cuando no tenían ninguna; Oscar Peña, que desde los albores del movimiento disidentes supo tender puentes entre los hombres y mujeres que han de levantar juntos el pedestal de la patria futura.; y que escribe esta columna, quien ya cansa con su prédica de que la única y verdadera revolución que falta y es preciso hacer es la que debe librarse en los corazones de los cubanos.

¿Y qué decir de Adrián Leyva, luchador en tierra patria dentro del movimiento disidente, y luego, en la Diáspora, destacado miembro del Movimiento Concordia en cuyo seno naciera la propuesta del premio Nobel para las Damas de Blanco, pero que nunca abandonó su propósito de regresar a la tierra amada que ocupaba su mente (incluso dormido) cada minuto de sus 24 horas diarias, hasta que intentando arribar a la añorada tierra, fue aún más lejos para alcanzar otras costas, las de la gloria. El Comité Gestor, que tenía 12 miembros, sigue teniendo 12. Leyva sigue activo. Sólo ha cambiado de trinchera.

Estos son los cubanos que han lanzado la propuesta de nominar a las Damas de Blanco al Nobel de la Paz. Detrás, cuyas firmas son seguidas de una lista interminable sin barreras nacionales donde acaba de estampar la suya el cantautor de la Paz sin Fronteras, Juanes.

El proceder de estas mujeres, sin odios, sin ofensas, encarnando el espíritu de la paz, es el ejemplo de lo que puede llegar a ser la patria futura, hacia la cual se llega deteniendo de una vez por todas con flores en vez de piedras, con palabras de amor en vez de insultos, esa sucesión de actos revanchistas que nos encadenan permanentemente desde hace casi un siglo al desencuentro, al desarraigo y al cautiverio. El mal no se enfrenta con el mal, ni la violencia con violencia. Como dijera el teólogo francés Lanza del Busto: “Si devuelves mal por mal, no reparas el mal: lo duplicas”.

Con esas mujeres marcha una nación, marcha la dignidad y el decoro de todo un pueblo.
Infoburo@AOL.com

Wednesday, April 7, 2010

La Intransigencia tiene Costos muy Elevados


Por Lorenzo Cañizares y Rolando Castañeda*

En estos momentos cuando la buena imagen de EEUU está disminuyendo en América Latina, China ha reemplazado a EEUU como el primer socio comercial de Brasil y Chile, los diplomáticos escogidos por el presidente Barack Obama para asistirlo en América Latina no han podido entrar en funciones por las dilaciones republicanas y parlamentarios estadounidenses están impulsando un importante proyecto de ley para eliminar la prohibición a los viajes y algunas restricciones a las ventas agrícolas a la isla, el gobierno cubano está colaborando, con su marcada intransigencia e insensatez política, a sacarle las castañas del fuego al gobierno estadounidense y hacer posible cambios positivos que beneficiarían al pueblo cubano.

Recientemente firmamos una petición para que Las Damas en Blanco sean nominadas para el Premio Nobel de la Paz. Estas valerosas señoras se han ganado el respeto mundial con su abnegado esfuerzo y los riesgos contra su integridad física al defender los derechos humanos fundamentales y el trato justo que le han sido negados a sus seres queridos y al pueblo cubano. El mundo ha observado a través de videos de sus demostraciones pacíficas en las calles de La Habana, que estas señoras han sido arrestadas, abusadas y maltratadas por los agentes de seguridad del régimen cubano.

Esos atropellos a mujeres indefensas y la marcada torpeza con el cual el gobierno cubano ha lidiado con la muerte de Orlando Zapata Tamayo, han causado consternación a los amigos y simpatizantes del régimen, como al presidente brasileño Lula, quienes se han visto obligados a justificar con increíbles y entupidos argumentos las acciones represivas del gobierno cubano. Cuando se compara a Zapata Tamayo con criminales comunes y traficantes de drogas, simplemente se es estúpido y se insulta al ciudadano común de Cuba y del mundo. ¡Que manera más insensata de manchar una trayectoria política! Precisamente ahora cuando Brasil hace sentir cada día más su presencia en el ámbito internacional y forma parte de la alianza político-económico del BRIC (o sea, Brasil, China, India y Rusia) que tiene tanta envergadura e influencia a nivel internacional. Seguirle el juego a la intransigencia del gobierno cubano puede costarle a la política nacional e internacional del presidente Lula al restarle credibilidad y realismo en el futuro inmediato, como ya le esta ocasionando al gobierno de Venezuela.

Nosotros hemos comentado anteriormente que “el pueblo cubano clama por la unidad de su gente. La gran mayoría sólo ve un desarrollo positivo en restablecer y estrechar lazos comunes. El odio y el resentimiento que han marcado el comportamiento de muchos de ambos lados deben ser puestos en el basurero de la historia que es donde corresponden.” Mantenemos lo expresado. Siempre hemos reconocido y reiterado que el gobierno cubano ha hecho cosas positivas que deben mantenerse y aún consolidarse. También comentamos que el gobierno cubano ha perdido muchos de sus “aliados tradicionales” de la derecha intransigente del otro lado del Mar Caribe que están desapareciendo físicamente del panorama político.

También hemos reiterado que “el gobierno cubano tiene que reconocer que no toda la oposición son agentes extranjeros que están sólo buscando la oportunidad de derrocar al gobierno sino ciudadanos que pretenden espacios de expresión, participación e inclusión ciudadana” en los diferentes ámbitos políticos, sociales y económicos. El propio gobierno cubano a través de su presidente Raúl Castro ha reconocido las muchas dificultades que sufre el pueblo cubano y ha señalado que no se pueden atribuir todas las dificultades dentro de la nación al embargo. ¿Qué se le pretende imponer al pueblo cubano, al ciudadano de a pie? Ustedes, al contrario de los ciudadanos de otros países; no tienen derecho a expresar sus legítimas diferencias y reclamos al gobierno, sólo los líderes del gobierno pueden expresar lo que sienten y corregir sus errores y las deficiencias existentes.

La intransigencia lleva a muchos simpatizantes del gobierno y de la burocracia estatal a negar la necesidad de hacer los cambios estructurales y de conceptos en la nación prometidos por Raúl Castro el 26 de julio del 2007 con lo cual mejoraría la vida cotidiana del pueblo cubano. El riesgo de perder el control absoluto lleva a estos elementos intransigentes a todo tipo de excusas y falacias (por ejemplo, que el elevado crecimiento económico empuja a China al abismo social) para evadir la manifiesta realidad de que dentro del sistema socialista se puede dar cabida a muchos cambios económicos, sociales y políticos que desaten la reprimida capacidad productiva de la nación. Dicha intransigencia tiene una base económica. Esos son los mismos elementos que han creado una nueva clase que se beneficia de la inercia y de las distorsiones existentes.

Además, esta nueva clase tiene un matiz racista el cual se vio claramente en las insinuaciones raciales hacia el “criminal” Zapata Tamayo. Como lo señaló nuestro colega Ariel Hidalgo en su excelente artículo “Las enseñanzas del caso Zapata”, “todas estas y otras muchas incongruencias hacen que la dirigencia del estado y del partido se encuentren actualmente en una crisis de credibilidad en el país y en el mundo y hasta que sectores de la izquierda comiencen a hacer cuestionamiento, no sólo en el exterior sino incluso entre las propias filas de intelectuales que tradicionalmente siempre han apoyado al régimen.”

Comenzamos nuestro artículo comentando sobre el desagrado existente hacia la política de EEUU, el cual ha llevado a los países latinoamericanas a crear una organización regional que excluye a EEUU y Canadá y que está designada a remplazar a la Organización de Estados Americanos (OEA), pero incluyendo a Cuba. A los países regionales, muchos de los cuales reflejaron una reacción adversa al golpe de estado en Honduras, se les está haciendo cada vez más contradictorios y chocantes los atropellos y represiones que se cometen en Cuba con todos esos que están desacuerdo con los 51 años de los hermanos Castro en la dirección de la nación sin permitir que florezcan y se desarrollen otras visiones políticas alternativas modernas, incluso las reformas económicas básicas à la China y Viet Nam.

Por favor hermanos latinoamericanos escuchen lo que dicen los propios funcionarios del gobierno cubano, como por ejemplo Marino Murillo, el ministro de economía de la isla, ante funcionarios de las fuerzas armadas y del ministerio del interior, según lo difundió una agencia de prensa internacional que tuvo acceso a su intervención. Murillo expresó lo que muchos saben, pero otros pretenden encubrir “el gigantesco paternalismo del estado cubano no puede continuar porque no hay manera de mantenerlo”.

Hace unos días, después de los atropellos cometidos por los agentes de seguridad del gobierno de la isla contra las Damas en Blanco, el presidente estadounidense Barack Obama criticó severamente al gobierno cubano por su dura y creciente represión y por las violaciones de los derechos humanos contra los ciudadanos cubanos; le pidió que pusiera fin a su política de “puño cerrado”, y solicitó la libertad inmediata de los presos políticos, declarados presos de conciencia por las instituciones internacionales de derechos humanos. La intransigencia de las autoridades cubanas le ha dado más relevancia a las palabras de Obama las cuales alientan a la nación cubana. Ello, por supuesto, ha provocado una avalancha de palabras ásperas dirigidas al presidente estadounidense por su comentario, pero lo que señaló Obama cobra cada día más vigencia y crea una situación más insostenible dentro de la nación cubana y la comunidad internacional. Sólo los cegados por la intransigencia no comprenden esta apremiante realidad.

*Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.

Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C