Thursday, March 25, 2010

Propuesta de Nominación de las Damas de Blanco al Premio Nobel de la Paz


A las honorables personalidades galardonadas con el premio Nobel de la Paz
A las instituciones y ciudadanos del mundo amantes de la libertad, que promueven el respeto de los derechos humanos.
Nosotros, ciudadanos cubanos, nos dirigimos a ustedes para pedirles su apoyo al lanzamiento de la candidatura de la agrupación Damas de Blanco de Cuba para su nominación al Premio Nobel de la Paz 2010.
Basamos esta petición en la acción desarrollada por este valeroso grupo de mujeres, que reclaman de manera cívica y pacífica la liberación de los prisioneros de conciencia: activistas de derechos humanos, periodistas independientes y promotores de la sociedad civil, encarcelados injustamente en Cuba. Estos hombres han sido segregados del seno de su familia y de la sociedad simplemente por ejercitar el derecho universal a la libertad de expresión, que le asiste a todo ser humano.

La Paz y la libertad se complementan entre sí, al punto que no pueden desligarse una de la otra. La Agrupación Damas de Blanco, además del dolor de la separación, ha soportado la represión, injurias y difamación por apoyar a sus seres queridos, tomando el lugar de ellos en las calles. Lo han hecho llevando flores y palomas en sus manos, desfilando en silencio, vestidas con el color que simboliza la paz; soportando con estoicismo la acción incomprensiva e intolerante de las autoridades. Sobre ellas han caído vejámenes, insultos y actos de violencia, pero su respuesta ha sido el mejor ejemplo de la sociedad a la que aspiramos en Cuba y en cualquier parte del mundo.

Las Damas de Blanco no constituyen una organización política. Tampoco defienden postulados ideológicos. Su reclamo de libertad rebasa los límites estrechos de esas categorías. El esfuerzo que hacen estas mujeres alcanza por igual a los que hoy sufren a causa de la injusticia y a sus propios carceleros, que mañana pueden ser víctimas de la ausencia de derechos.

Las Damas de Blanco, además de pedir la libertad de sus familiares presos, están allanando con su postura cívica el camino hacia una sociedad pluralista, tolerante y dialogante. La constancia de su actitud pacífica y reconciliadora les mereció el premio Sajarov 2005 a la Libertad de Conciencia, del Parlamento Europeo, el premio Libertad Pedro Luis Boitel 2005 y el premio a los Derechos Humanos 2006, que otorga Human Rights First.

Por todo lo antes expuesto, como justo reconocimiento a su labor, exhortamos al apoyo de la nominación de las Damas de Blanco al premio Nobel de la Paz 2010.
Marzo 21 del 2010

A nombre del Comité de relatoría de Nominación de las damas de Blanco al Premio Nobel de la Paz,

Pedro Pablo Álvarez
Miguel Sigler Amaya
Oscar Peña
Enrique Patterson
Ricardo Bofill
Ariel Hidalgo
Tete Machado
Heriberto Leyva
Eduardo Mesa
Adrián Leiva
Miguel Saludes
Marcelino Miyares
Juan Antonio Blanco
Gerardo Martinez Solana
Manuel Castro Rodriguez
Rolando Castañeda
Alina Lopez Marin
Gonzalo Fernandez
Yankile Hidalgo
Carmen Diaz
Miguel Rivero Lorenzo
Mario Javier Riva Perez
Micky Garrote
Lorenzo Cañizares
Barbara Michelli
Domingo Delgado
Jaime Estuardo Silva
Jorge Gaston
Pedro Blanco
Ruben Carril
Juanes
Nereida Rubalcaba
Yaquelin Diaz
Minervo Saraso
Jose Perez Martin
Jorge Gomez Perez

Saturday, March 20, 2010

A dos Años de la Declaración de Concordia

Ariel Hidalgo

Hace justamente dos años, el 20 de marzo de 2008, un grupo de cubanos de la Diáspora dimos a conocer una declaración que sería firmada por un centenar de compatriotas residentes en quince países de Europa y América: Declaración de Concordia, en la que, poniendo distancia de las posiciones de dos grupos de cubanos de dentro y fuera de Cuba atrapados durante medio siglo en la confrontación y el odio, nos pronunciábamos a favor de la paz y la reconciliación y nos negábamos a “seguir alimentando el odio y el resentimiento recíprocos que han engendrado en la historia nacional de forma cíclica, violencia y fratricidio”.

Considerábamos que no debía aceptarse, bajo ninguna circunstancia, “discriminación alguna basada en diferencias raciales, económicas, culturales, de sexo u orientación sexual, ideológicas, religiosas u origen nacional”. De estas diferencias era obvio que la de las ideas era la que más conflictos había generado y considerábamos que la convivencia y la concordia dentro de la familia cubana debían ponerse por encima de esas diferencias. “Entendemos que concordia cubana significa asegurar la convivencia entre todos los hermanos de la patria común sobre la base del respeto a las diversas perspectivas y credos. De ningún modo deberá admitirse que tales diferencias puedan obstaculizar o amenazar esa convivencia”. En consecuencia nos pronunciábamos a favor de una amnistía de todos los cubanos “de todas las orillas políticas e ideológicas” que por motivos de sus ideas se encontraran encarcelados o amenazados con penalizaciones tanto dentro como fuera de Cuba.

Rechazábamos la pretensión de imponer un orden que frenara el potencial creador del ser humano y generalizara un estado de “igualdad en la miseria”, sino aquel que lo liberara de ataduras y lo estimulara para generar riquezas y abundancia en todo el país “en condiciones de igualdad de oportunidades, y derechos económicos y sociales”.

Nos oponíamos, igualmente, a las pretensiones de reclamos de restitución de antiguos propietarios sobre bienes como viviendas y pequeñas parcelas agropecuarias en caso de un proceso de transición hacia un modelo de mayores aperturas, aunque no negábamos el derecho a posibles indemnizaciones como de hecho fueron indemnizados propietarios extranjeros en particular españoles. “No nos anima un espíritu de rapiña o despojo, sino de ayuda desinteresada en el mejoramiento y reconstrucción del hogar común”. Igualmente considerábamos que las conquistas sociales logradas en materia de servicios de educación y salud, debían ser preservadas.

Traducida a tres idiomas, español, inglés y francés, la declaración fue publicada en varios países de los dos continentes, divulgada en varios blogs dedicados al tema cubano y enviada a más de cuatrocientas direcciones electrónicas dentro de Cuba. La Declaración fue el punto de partida de lo que se llamó “Movimiento Concordia”, un paragua de proyectos que marchan en una misma dirección con el fin de “alcanzar, por vías pacíficas, mediante el diálogo crítico y la discusión cordial, una sociedad participativa donde todos, piensen como piensen, tengan cabida por igual, donde prime la fraternidad y no el odio”.

Uno de esos frutos fue la carta dirigida al Presidente de los Estados Unidos Barak Obama a favor de sus buenos oficios para cambiar la política de restricciones económicas sobre Cuba. La respuesta del presidente se produjo el pasado 8 de diciembre: “Por favor, estén conscientes de que sus preocupaciones estarán presentes en mi mente en los días venideros”.

Estamos convencidos de que la prédica de la paz, la reconciliación y el amor, como el agua que suavemente va erosionando poco a poco las más duras rocas, terminará finalmente por imponerse en los corazones de la inmensa mayoría de los cubanos.

Sunday, March 7, 2010

¿DONDE Y CUANDO, GENERAL RAUL CASTRO?



por Oscar Peña

Miami, Marzo 7, 2010.

En medio de la visita del presidente brasileño Lula Da Silva a Cuba usted declaro a la prensa internacional que lamentaba la muerte del preso político Orlando Zapata Tamayo y que estaba dispuesto a discutir –de tu a tu y respetándose las partes- todos los puntos con los organismos Internacionales de Derechos Humanos. Es estimulante escucharlo expresar esa buena voluntad nacional, sin embargo, nos parece inapropiado no discutir ese tema entre nacionales. Veamos:

En 1989 cuando ustedes anunciaron el arresto y posterior fusilamiento de muy notables y altos oficiales de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior argumentado que ellos por su cuenta se habían involucrado en negocios del narcotráfico internacional y habían traicionado la confianza que la máxima dirección del país tenia en ellos y que habían puesto en duda la credibilidad y prestigio de las autoridades de Cuba. En aquellos precisos momentos -hace ya mas de 20 años- el Comité Cubano Pro Derechos de Cuba –del cual soy director- entrego en las oficinas del Palacio Presidencial y de la dirección del Partido en la Habana una misiva dirigida al mandatario Fidel Castro que expresaba:

“Al observar que la alta dirección del país esta tomando medidas contra oficiales involucrados en el narcotráfico e infieren que no sabían nada al respecto, le preguntamos: ¿si no es posible que también usted desconozca de las permanentes violaciones de los Derechos Humanos que sufre nuestro pueblo?

Nosotros estamos dispuestos a sentarnos con usted para hacérselo saber de manera rigurosa y seria, con datos, ejemplos y victimas. Al admitir que no sabían de algo que era evidente para todo el pueblo de Cuba, nos surge la esperanza que tampoco sepan de los abusos, atropellos, sanciones injustas, represalias, hostigamiento y dolores que ha estado recibiendo la gran mayoría del pueblo cubano por su Ministerio de Interior.

No queremos enviar nuestras denuncias a salones extranjeros, sin antes presentarlas en los nacionales. Nunca hemos podido alertar a la alta dirección del país sobre esas practicas y tenemos el temor que mañana también tengan que expresar que tampoco sabían lo de los abusos de los mas elementales derechos de los ciudadanos en Cuba. Escúchenos de cubano a cubano. Atentamente."

Y firmaba esa misiva la Directiva de los Derechos Humanos de Cuba entre ellos el que suscribe. Desafortunadamente nunca recibimos acuso de recibo decente. Indecente y al mas profesional estilo de la mafia si recibimos mucho y son parte de los abusos, torturas y operaciones secretas de la policía política y del orden interno que no están escritas en ningún reglamento o ley del país pero que son el orden del día y las practicas diarias de los miembros ocultos y públicos de su Ministerio del Interior en las calles de Cuba contra artesanos, campesinos, profesionales, mujeres y pueblo en general. Y eso no ha cambiado.

General Raúl Castro obviamente la verdad es que su gobierno ha asumido siempre una política neoplattista donde solo tratan los problemas del país con extranjeros. De ellos aceptan señalamientos, observaciones, pedidos de presos políticos, etc. Le sugiero para salvar la ética nacionalista de los cubanos hacer eso entre cubanos. ¿Dígame General Raúl Castro donde y cuando discutimos todos los puntos?