por Rolando Castañeda y Lorenzo Cañizares *
Hace casi un mes escribimos el artículo ¡Es hora de devolver Guantánamo a Cuba! en el cual planteamos que es oportuno y propicio que EE.UU. actúe sobre este importante asunto porque sería de mutuo beneficio.
En general el artículo fue bien recibido y comentado. No obstante, ha habido algunas objeciones en el sentido que este no es el momento para hacer este planteamiento y que se requieren negociaciones previas entre ambas partes. A continuación nos referimos a ellos.
Estamos de acuerdo que para hacer este traspaso se requieren negociaciones entre las partes. Más aún nosotros venimos planteando que el restablecimiento y la normalización de las relaciones políticas y económicas entre Cuba y EE.UU. requieren serias negociaciones entre las partes y, por ello, hemos apoyado decididamente los pasos de la administración Obama de iniciarlas. Como ya señalamos la administración Obama presenta una oportunidad única de hacer estas negociaciones debido a su posición de resolver los conflictos existentes mediante la diplomacia y el diálogo respetuoso entre las partes y, en general, a sus posiciones internacionales que son consistentes con la política de EE.UU. de eliminar bases en otros países y con la tendencia mundial de eliminar cualquier vestigio del colonialismo en la cual EE.UU. desempeñó un marcado liderato en la posguerra.
En lo referente a que este no el momento de iniciarlas estamos en desacuerdo. Consideramos que con el próximo cierre de la prisión de Guantánamo ha comenzado una fuerte dinámica que va a poner el tema sobre la mesa. De hecho Julia Sweig Coordinadora para América Latina del prestigioso Council of Foreign Affairs hizo un planteamiento específico sobre el tema en mayo del 2009 en el Washington Post. Consideramos que el tema comenzará a discutirse de lleno cuando se trasladen los prisioneros de la base de Guantánamo y comiencen los juicios civiles de los detenidos. Asimismo, que los cubanos de la diáspora no sólo no podemos ignorar este trascendental tema sino más aún que debemos tener una firme posición de apoyarlo. Realmente seria paradójico, por no decir hasta ridículo, que los intelectuales de EE.UU. adopten posiciones de principio sobre el tema mientras los cubanos de la diáspora lo ignoramos o tratamos de evadirlo fútilmente.
* Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C.
Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.
Tuesday, December 22, 2009
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