por Rolando Castañeda y Lorenzo Cañizares*
El presidente-general Raúl Castro hizo un histórico llamado a realizar cambios estructurales y de conceptos para resolver la crítica situación socioeconómica el 26 de julio del 2007 cuando la economía cubana crecía al nivel más elevado del Periodo Especial debido a las exportaciones de servicios profesionales a Venezuela. El llamado se hizo antes de los tres huracanes que azotaron al país en el 2008 y de la gran recesión mundial del 2008-2009 que tuvo fuertes efectos adversos sobre la economía mundial que determinaron un virtual estancamiento del crecimiento económico de la Isla en el bienio 2009-2010. En otras palabras, la crisis socioeconómica del país es previa a los huracanes, la recesión mundial y el virtual estancamiento de la economía que la acentuaron y que requiere los cambios solicitados por el presidente-general Castro para atender los difíciles problemas existentes.
Intentos anteriores de ajustes económicos en los 1980s y 1990s
Cuba tuvo un proceso de reformas en la primera mitad de los 1980s cuando se iniciaron los mercados libres campesinos y se autorizó el cuentapropismo, pero que fue terminado abruptamente por el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas en 1985. A partir de 1993 hubo otro y nuevo proceso de reformas que reinició los mercados agropecuarios, convirtió muchas granjas agrícolas en cooperativas (UBPB), expandió las actividades del cuentapropismo y descentralizó las decisiones de las empresas estatales. En aquella oportunidad Raúl Castro señaló que los frijoles son más importantes que los cañones. La CEPAL publicó el libro La Economía Cubana: Reformas estructurales y desempeño en los noventa sobre dicho proceso de reformas en 1997. Sin embargo, el proceso se fue limitando y restringiendo paulatinamente hasta desaparecer alrededor del 2004.
Un fundamento de la necesidad de realizar ajustes económicos ahora es la insuficiencia y la reversión de los dos anteriores procesos de ajustes.
Los ajustes del 2010 y 2011
En 2010 se inició un nuevo proceso de cambios (ajustes al sistema) que tiene algunos elementos novedosos sobre los procesos de los 1980s y 1990s. Unos conceptuales como la terminación de la falaz y nefasta política de pleno empleo, y otros pragmáticos como brindar tierras en usufructo hasta por 10 años, autorizar la contratación privada de empleados que no sean familiares, el establecimiento de 10,000 centros mayoristas de ventas para los insumos de la construcción, etc. Sin embargo, los cambios se están aplicando nuevamente sobre actividades sobre las cuales se acumularon experiencias en los 1980s y 1990s en forma tímida, limitada, lenta y con muchos obstáculos y restricciones lo que hace prever que sus resultados serán insuficientes.
Cabe destacar que en dos ocasiones recientes el propio gobierno cubano ha hecho importantes y laudables ajustes a los ajustes: en febrero postergó la aplicación de la política de despidos y en mayo el cobro de los elevados impuestos a la contratación de trabajadores por el año 2011. No obstante, debe haber reglas del juego más amplias, claras y permanentes que permitan a los ciudadanos tomar decisiones fundamentales en una situación difícil y precaria. Vale decir es necesario aplicar cambios más profundos y amplios y con mayor participación ciudadana para evitar nuevos ajustes a los ajustes que le restan credibilidad y confiabilidad y aumentan las incertidumbres del proceso.
El problema central es dejar que el cuentapropismo y la agricultura crezcan y permitan absorber empleo, sectores que son una parte pequeña de la economía nacional, menos del 20% del total, pero que están concentrando la atención de las políticas publicas. Para que de esa forma el gobierno pueda realizar los cambios imprescindibles en las empresas estatales, el 80% o más de la economía nacional, y las pueda capitalizar y modernizar, les permita pagar mejor salarios que estimulen el trabajo, y que eviten que los recursos fiscales se vayan a subsidios a la ineficiencia y que pongan en riesgo la prestación de los servicios sociales.
La superación económica de Cuba podrá ser otra bienvenida adición al crecimiento económico que se esta llevando a cabo en la América Latina. Como estamos viendo hoy en día en el mejoramiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela el deseo de nuestros pueblos está en buscar la paz, que nos lleve a la estabilidad, para así poder concentrarnos más a fondo en el desarrollo económico y el bienestar de nuestra gente. Como dijo José Hernández en su clásico “Martin Fierro”, “Los Hermanos sean unidos para que no se los devoren los de afuera.”
La gran lección de China y Vietnam para Cuba es que la agricultura, el cuentapropismo y la pequeña y mediana empresas, que eran actividades marginales cuando comenzaron las reformas en esos dos países con su continua expansión permitieron la transformación de esas economías, lograron elevadas tasas de crecimiento y redujeron la pobreza extrema. Eso es lo que precisa y es relevante para Cuba.
*Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C. Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.
El presidente-general Raúl Castro hizo un histórico llamado a realizar cambios estructurales y de conceptos para resolver la crítica situación socioeconómica el 26 de julio del 2007 cuando la economía cubana crecía al nivel más elevado del Periodo Especial debido a las exportaciones de servicios profesionales a Venezuela. El llamado se hizo antes de los tres huracanes que azotaron al país en el 2008 y de la gran recesión mundial del 2008-2009 que tuvo fuertes efectos adversos sobre la economía mundial que determinaron un virtual estancamiento del crecimiento económico de la Isla en el bienio 2009-2010. En otras palabras, la crisis socioeconómica del país es previa a los huracanes, la recesión mundial y el virtual estancamiento de la economía que la acentuaron y que requiere los cambios solicitados por el presidente-general Castro para atender los difíciles problemas existentes.
Intentos anteriores de ajustes económicos en los 1980s y 1990s
Cuba tuvo un proceso de reformas en la primera mitad de los 1980s cuando se iniciaron los mercados libres campesinos y se autorizó el cuentapropismo, pero que fue terminado abruptamente por el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas en 1985. A partir de 1993 hubo otro y nuevo proceso de reformas que reinició los mercados agropecuarios, convirtió muchas granjas agrícolas en cooperativas (UBPB), expandió las actividades del cuentapropismo y descentralizó las decisiones de las empresas estatales. En aquella oportunidad Raúl Castro señaló que los frijoles son más importantes que los cañones. La CEPAL publicó el libro La Economía Cubana: Reformas estructurales y desempeño en los noventa sobre dicho proceso de reformas en 1997. Sin embargo, el proceso se fue limitando y restringiendo paulatinamente hasta desaparecer alrededor del 2004.
Un fundamento de la necesidad de realizar ajustes económicos ahora es la insuficiencia y la reversión de los dos anteriores procesos de ajustes.
Los ajustes del 2010 y 2011
En 2010 se inició un nuevo proceso de cambios (ajustes al sistema) que tiene algunos elementos novedosos sobre los procesos de los 1980s y 1990s. Unos conceptuales como la terminación de la falaz y nefasta política de pleno empleo, y otros pragmáticos como brindar tierras en usufructo hasta por 10 años, autorizar la contratación privada de empleados que no sean familiares, el establecimiento de 10,000 centros mayoristas de ventas para los insumos de la construcción, etc. Sin embargo, los cambios se están aplicando nuevamente sobre actividades sobre las cuales se acumularon experiencias en los 1980s y 1990s en forma tímida, limitada, lenta y con muchos obstáculos y restricciones lo que hace prever que sus resultados serán insuficientes.
Cabe destacar que en dos ocasiones recientes el propio gobierno cubano ha hecho importantes y laudables ajustes a los ajustes: en febrero postergó la aplicación de la política de despidos y en mayo el cobro de los elevados impuestos a la contratación de trabajadores por el año 2011. No obstante, debe haber reglas del juego más amplias, claras y permanentes que permitan a los ciudadanos tomar decisiones fundamentales en una situación difícil y precaria. Vale decir es necesario aplicar cambios más profundos y amplios y con mayor participación ciudadana para evitar nuevos ajustes a los ajustes que le restan credibilidad y confiabilidad y aumentan las incertidumbres del proceso.
El problema central es dejar que el cuentapropismo y la agricultura crezcan y permitan absorber empleo, sectores que son una parte pequeña de la economía nacional, menos del 20% del total, pero que están concentrando la atención de las políticas publicas. Para que de esa forma el gobierno pueda realizar los cambios imprescindibles en las empresas estatales, el 80% o más de la economía nacional, y las pueda capitalizar y modernizar, les permita pagar mejor salarios que estimulen el trabajo, y que eviten que los recursos fiscales se vayan a subsidios a la ineficiencia y que pongan en riesgo la prestación de los servicios sociales.
La superación económica de Cuba podrá ser otra bienvenida adición al crecimiento económico que se esta llevando a cabo en la América Latina. Como estamos viendo hoy en día en el mejoramiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela el deseo de nuestros pueblos está en buscar la paz, que nos lleve a la estabilidad, para así poder concentrarnos más a fondo en el desarrollo económico y el bienestar de nuestra gente. Como dijo José Hernández en su clásico “Martin Fierro”, “Los Hermanos sean unidos para que no se los devoren los de afuera.”
La gran lección de China y Vietnam para Cuba es que la agricultura, el cuentapropismo y la pequeña y mediana empresas, que eran actividades marginales cuando comenzaron las reformas en esos dos países con su continua expansión permitieron la transformación de esas economías, lograron elevadas tasas de crecimiento y redujeron la pobreza extrema. Eso es lo que precisa y es relevante para Cuba.
*Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C. Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.