Saturday, August 27, 2011

¿A Pablo? ¡Con los brazos abiertos!









Ariel Hidalgo
Nadie tiene por qué arrepentirse ni tener que pedir perdón por defender o haber defendido, una causa que creyó o cree justa, por muy equivocado que consideremos que esté. De lo que habría que arrepentirse y pedir perdón es por agredir física o verbalmente a un semejante –y en este caso a un compatriota-, por la sola razón de pensar diferente, no importa qué causa esté defendiendo, no importa en qué posición esté del espectro político. Estas pasiones han llevado incluso al fratricidio. Fue tan repugnante el hundimiento del remolcador 13 de Marzo como la voladura del avión de Barbados, tan abominable el crimen contra Wilfredo Soto como el de Luciano Nieves.
Sé que posiciones como ésta, en un mundo polarizado por las pasiones como el cubano, no despiertan muchas simpatías en ciertos círculos, pero es hora de acabar de entender que un verdadero activista de derechos humanos no es de izquierda ni de derecha, sino de lo alto, porque está por arriba de todas las posiciones políticas, ni negro, ni blanco, ni azul, ni rojo, que un verdadero defensor de la libertad no responde a ningún partido, ni gobierno, que no tiene bandera, y si la tuviera… ¡Mi bandera no tiene color!
Pablito Milanés no vaciló en negar el apoyo a la redada de los 75 disidentes de la Primavera Negra y tuvo el valor de cuestionar el fusilamiento de los tres jóvenes negros que en medio de la desesperanza secuestraran la Lanchita de Regla. Hombres así son los que necesita la Cuba de mañana, los que no temen decir lo que piensan, no los que, por congraciarse con los poderes dominantes, salen a la calle, ya sea el Malecón o la Calle 8, con ignominiosos actos de repudio contra aquellos que lo único que han hecho es expresar abiertamente sus opiniones.
He escuchado de la llamada izquierda miamense, so pretexto de defenderlo, que Pablo pretendía con estas posiciones, estar “con Dios y con el Diablo” para ganarse la aceptación de quienes rechazan su presencia en Miami, y ponen en sus programas radiales pagados, viejas canciones militantes que probablemente ni Pablo ya recuerda, con lo que echan leña al fuego de la esperpéntica locomotora de la extrema derecha. ¡No me defiendas, compadre! Es absurdo que en el 2003 se arriesgara a adoptar tales actitudes no sin considerables costos -por entonces se rumoró que lo habían obligado a disolver su fundación y que él había optado por una especie de exilio de seda en España-, ¿todo porque ya sabía que ocho años más tarde vendría a Miami a dar su concierto? Más bien lo que parece demostrar Pablo es justamente lo contrario, que no está ni con Dios ni con el Diablo, sino con la verdad, su verdad, tan respetable como la de cualquier otro, y esa honradez es lo que lo engrandece ante los ojos de todos los que amamos la causa de las libertades ciudadanas y de la justicia social, no importa si coincide o no con todas las posiciones de los que así pensamos.
Es bueno que Pablo sepa que no somos pocos los que en Miami le damos la bienvenida y lo recibimos con los brazos abiertos, que no sólo lo admiramos como compositor e intérprete, sino además, por esos actos de honestidad, verdaderas campanadas en la conciencia de los que por indiferencia o miedo, han sido cómplices de nefandas acciones, que no nos importa qué creyó antes, cree ahora o creerá mañana, porque lo realmente importante es no tener miedo a la hora de decir lo que se piensa, aunque al decirlo se rompa la monotonía de un paisaje de consignas de odio impuesto por grupos intolerantes, no importa donde estén, si en La Habana o en Miami. Y éste es el mejor mensaje que puede enviarse a los que alguna vez, o incluso aún hoy, mantienen posiciones comprometidas con el liderato gubernamental: que no los odiamos ni los repudiamos, y que si alguna vez cualquiera de ellos comienza a manifestar dudas y toca a nuestra puerta, nosotros se la abriremos, y en nuestra mesa no dejará de haber, para él, una cordial taza de café.
Otros articulos afines publicados pueden ser leidos :http://www.elnuevoherald.com/2011/08/06/997969/oscar-pena-milanes-te-invito-a.html#ixzz1UFmNbLjW

Saturday, June 18, 2011

Apoyemos los Ajustes requeridos para superar la Crisis Socioeconómica



por Rolando Castañeda y Lorenzo Cañizares*

El presidente-general Raúl Castro hizo un histórico llamado a realizar cambios estructurales y de conceptos para resolver la crítica situación socioeconómica el 26 de julio del 2007 cuando la economía cubana crecía al nivel más elevado del Periodo Especial debido a las exportaciones de servicios profesionales a Venezuela. El llamado se hizo antes de los tres huracanes que azotaron al país en el 2008 y de la gran recesión mundial del 2008-2009 que tuvo fuertes efectos adversos sobre la economía mundial que determinaron un virtual estancamiento del crecimiento económico de la Isla en el bienio 2009-2010. En otras palabras, la crisis socioeconómica del país es previa a los huracanes, la recesión mundial y el virtual estancamiento de la economía que la acentuaron y que requiere los cambios solicitados por el presidente-general Castro para atender los difíciles problemas existentes.

Intentos anteriores de ajustes económicos en los 1980s y 1990s
Cuba tuvo un proceso de reformas en la primera mitad de los 1980s cuando se iniciaron los mercados libres campesinos y se autorizó el cuentapropismo, pero que fue terminado abruptamente por el Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas en 1985. A partir de 1993 hubo otro y nuevo proceso de reformas que reinició los mercados agropecuarios, convirtió muchas granjas agrícolas en cooperativas (UBPB), expandió las actividades del cuentapropismo y descentralizó las decisiones de las empresas estatales. En aquella oportunidad Raúl Castro señaló que los frijoles son más importantes que los cañones. La CEPAL publicó el libro La Economía Cubana: Reformas estructurales y desempeño en los noventa sobre dicho proceso de reformas en 1997. Sin embargo, el proceso se fue limitando y restringiendo paulatinamente hasta desaparecer alrededor del 2004.

Un fundamento de la necesidad de realizar ajustes económicos ahora es la insuficiencia y la reversión de los dos anteriores procesos de ajustes.

Los ajustes del 2010 y 2011
En 2010 se inició un nuevo proceso de cambios (ajustes al sistema) que tiene algunos elementos novedosos sobre los procesos de los 1980s y 1990s. Unos conceptuales como la terminación de la falaz y nefasta política de pleno empleo, y otros pragmáticos como brindar tierras en usufructo hasta por 10 años, autorizar la contratación privada de empleados que no sean familiares, el establecimiento de 10,000 centros mayoristas de ventas para los insumos de la construcción, etc. Sin embargo, los cambios se están aplicando nuevamente sobre actividades sobre las cuales se acumularon experiencias en los 1980s y 1990s en forma tímida, limitada, lenta y con muchos obstáculos y restricciones lo que hace prever que sus resultados serán insuficientes.

Cabe destacar que en dos ocasiones recientes el propio gobierno cubano ha hecho importantes y laudables ajustes a los ajustes: en febrero postergó la aplicación de la política de despidos y en mayo el cobro de los elevados impuestos a la contratación de trabajadores por el año 2011. No obstante, debe haber reglas del juego más amplias, claras y permanentes que permitan a los ciudadanos tomar decisiones fundamentales en una situación difícil y precaria. Vale decir es necesario aplicar cambios más profundos y amplios y con mayor participación ciudadana para evitar nuevos ajustes a los ajustes que le restan credibilidad y confiabilidad y aumentan las incertidumbres del proceso.

El problema central es dejar que el cuentapropismo y la agricultura crezcan y permitan absorber empleo, sectores que son una parte pequeña de la economía nacional, menos del 20% del total, pero que están concentrando la atención de las políticas publicas. Para que de esa forma el gobierno pueda realizar los cambios imprescindibles en las empresas estatales, el 80% o más de la economía nacional, y las pueda capitalizar y modernizar, les permita pagar mejor salarios que estimulen el trabajo, y que eviten que los recursos fiscales se vayan a subsidios a la ineficiencia y que pongan en riesgo la prestación de los servicios sociales.

La superación económica de Cuba podrá ser otra bienvenida adición al crecimiento económico que se esta llevando a cabo en la América Latina. Como estamos viendo hoy en día en el mejoramiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela el deseo de nuestros pueblos está en buscar la paz, que nos lleve a la estabilidad, para así poder concentrarnos más a fondo en el desarrollo económico y el bienestar de nuestra gente. Como dijo José Hernández en su clásico “Martin Fierro”, “Los Hermanos sean unidos para que no se los devoren los de afuera.”

La gran lección de China y Vietnam para Cuba es que la agricultura, el cuentapropismo y la pequeña y mediana empresas, que eran actividades marginales cuando comenzaron las reformas en esos dos países con su continua expansión permitieron la transformación de esas economías, lograron elevadas tasas de crecimiento y redujeron la pobreza extrema. Eso es lo que precisa y es relevante para Cuba.



*Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C. Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.

Saturday, May 28, 2011

¿Qué pasó con la participación de los trabajadores del VI Congreso?



Haroldo Dilla Alfonso

Finalmente conocemos los Lineamientos que aprobó el VI congreso del PCC y que supuestamente van a guiar —es decir fijar límites y alcances— a lo que se pueda hacer en el marco de eso que los dirigentes cubanos llaman la “actualización” del modelo económico y social.
Al leer los documentos publicados debo reconocer que en esta ocasión la nomenclatura hizo un esfuerzo considerable por ser transparente. O al menos lucirlo, pues es difícil serlo con un solo partido, un solo tipo de prensa y un solo posible derrotero que los chicos del PCC se empeñan en llamar socialismo, aunque en realidad se parece mucho más a aquello que Marx llamaba “el modo de producción asiático”, tanto por de donde viene, como por para donde va.



Pero es visible el esfuerzo si comparamos la forma como esto se ha manejado en comparación con otros congresos previos, y es un buen síntoma. Y creo que la idea de que los gobiernos deben propiciar debates sobre lo que quieren hacer es siempre una idea auspiciosa.



Solo que por la naturaleza del sistema político cubano, nunca sabremos exactamente qué se discutió y qué se propuso. Aunque me dicen que en muchas asambleas la gente habló de manera muy libre sobre el tema permitido —la economía—, cada una de estas asambleas solo tenía sentido cuando se le sometía al mecanismo de procesamiento verticalista que termina en una cúspide en cuya parte superior se sienta el General/Presidente. Pues cada asamblea de discusión era una parcela aislada de las otras que se conectan con el “nivel superior” y nunca con la asamblea de al lado: un ejemplo de ese recurso de fragmentación que ha sido la clave de la dominación política de la sociedad insular.



Por ese motivo, cuando se dice que hubo más de tres millones de planteamientos que quedaron reducidos a menos de 800 mil “opiniones”, y que finalmente se aceptaron solo algo así como el 13 % de los planteamientos, siempre nos queda la duda de qué quería decir el restante 87 % que fue rechazado. Cuyos sostenedores, por supuesto, nunca tendrán la oportunidad de discutir públicamente sus ideas y propuestas, no importa cuán descabelladas o pertinentes puedan ser. Es el derecho a influir en la opinión pública —y no solo de ser considerado aceptable por la clase política— una condición de participación democrática insoslayable que no existe en los entramados participativos que existen en la Isla.
Y siguiendo el hilo de la participación, es interesante observar lo que ha sucedido en estos lineamientos respecto al proyecto de discusión. Aun cuando en el documento final se propone un esquema difuso de descentralización empresarial, pero donde es observable la transferencia a las empresas estatales de cuotas significativas de poder y la obligación de trabajar con presupuesto duro, hay muy poco acerca de la participación de los trabajadores en la gestión empresarial. Diría que virtualmente nada. Los sindicatos nunca se nombran. Creo que en algún lugar se menciona piadosamente el involucramiento de los empleados en la innovación tecnológica. Y luego el arrogante artículo 4.



Este es el único lugar donde se habla de participación de los trabajadores en términos generales. Este artículo se refiere a la realización —“con orden y disciplina”— de “los cambios estructurales, funcionales, organizativos y económicos del sistema empresarial, las unidades presupuestadas y la administración estatal en general”. Es decir, los cambios en casi todo lo que es importante.
En la versión original sometida a discusión se omitía toda referencia a la participación de los trabajadores, lo cual levantó la razonable duda entre la gente, que produjo 790 planteamientos que reclamaban incluir esa participación como una condición para los cambios. Los redactores lo hicieron. Pero precisando que esta participación se daría “informando a los trabajadores y escuchando sus opiniones”. Sin compromisos, como dicen los vendedores de mercancías superfluas.



Y es que los militares y los tecnócratas cubanos no quieren una transición con ruidos molestos. Quieren transitar desde un modo de producción asiático pre-capitalista a otro eminentemente capitalista en el que ellos mismos experimentarán una dulce metamorfosis burguesa.



Y como protoburgueses tercermundistas, no solo están obligados a abofetear a quienes dentro del país veían en esta participación la oportunidad para que los trabajadores impusieran sus condiciones en un doloroso proceso de ajustes. Sino también a las propias normas del capitalismo desarrollado que ha asumido formas de participación más avanzadas que esa práctica consultiva unilateral que se vislumbra en el artículo 4.



En resumen, que los estrategas de la restauración capitalista en Cuba aún no han alcanzado el nivel gerencial de un McDonald’s.


(Tomado de Cubaencuentro)

Friday, April 1, 2011

Un Difícil Primer Paso


Rolando H. Castañeda


La crítica situación socioeconómica y financiera de Cuba requiere medidas sustantivas para superarla que tengan amplio apoyo nacional y participación ciudadana,particularmente de la juventud. Un importante y desapercibido paso en esa dirección es la contribución del artículo The Impact of the Global Crisis on Cuba’s Economy and Social Welfarede Carmelo Mesa-Lago, el decano de los economistas de la diáspora, y Pavel Vidal-Alejandro, un destacado economista joven de la Universidad de La Habana, quienes presentan un ambicioso análisis sobre las fortalezas y debilidades de la economía y los servicios sociales cubanos en el siglo XXI. Este relevante trabajo conjunto se conoce poco antes del VI Congreso del Partido Comunista que se centrará en discutir y aprobar importantes reformas socioeconómicas.


No es el único paso, también está la liberación de los presos de conciencia, muchos de los cuales fueron condenados por defender el Proyecto Varela que propuso algunos cambios similares a los actualmente que el gobierno está apoyando. El citado artículo contrasta el mejor desempeño del periodo 2004-2007, después del estancamiento de 2001-2003, impulsado mayormente por la ayuda, subsidios y comercio de servicios con Venezuela con el retorno al estancamiento a partir de 2008 determinado por la crisis económica/financiera mundial, los tres huracanes que azotaron al país y las políticas económicas nacionales que acentuaron los efectos adversos de la crisis mundial. Concluye con la necesidad de realizar reformas estructurales para mejorar el desempeño económico y hacer sostenible la provisión y la mejora de la calidad de los servicios sociales, actualmente en deterioro. Asimismo, reprueba el énfasis del gobierno en descansar en el control y la reducción de los gastos públicos, incluso de los gastos sociales, y en una política monetaria restrictiva para estabilizar y equilibrar la economía.


Entre las recomendaciones de los autores están la descentralización administrativa para la toma de decisiones en el manejo de la economía y la provisión más efectiva de los servicios sociales; la expansión del trabajo por cuenta propia de profesionales, incluso en las áreas de la educación y la salud; el ajuste cambiario mediante una devaluación controlada; la autorización de la inversión extranjera en nuevas áreas como la industria azucarera; y brindar incentivos efectivos generalizados para aumentar la producción y la productividad.


El artículo tiene cuatro omisiones importantes y significativas, que si se incluyeran reforzarían notablemente sus conclusiones y la necesidad de realizar reformas más amplias y profundas. Es conveniente tenerlas en consideración para lograr una perspectiva más completa sobre los temas analizados. (1) Parte del buen desempeño en 2004-2007 (entre los que los autores destacan la reducción de la tasa de desempleo, lo que hoy sabemos fue un espejismo) es exagerado y se debió parcialmente a un cambio metodológico en la medición del PIB. (2) El país ha mantenido consistentemente una muy baja tasa de inversión y de gastos de mantenimiento, reparación y actualización tecnológica que dificultan crecer sostenidamente a tasas mayores y mejorar la calidad de los servicios sociales brindados. (3) El sistema en su conjunto y varias de las políticas socioeconómicas básicas adolecen de distorsiones y fragilidades fundamentales que requieren reformas imprescindibles y urgentes. Si bien los autores señalan que el sistema vigente se asemeja más al modelo soviético que al chino y dificultó la respuesta a la crisis global, no elaboran suficientemente este punto clave y sus implicaciones. Y (4) la contribución que la diáspora podría realizar, además de las remesas y los viajes, a la superación de los problemas nacionales mediante recursos financieros, conocimientos y experiencias en la gestión de negocios,tecnologías avanzadas y acceso a nuevos mercados.

Sunday, March 20, 2011

Una Cuba mejor es posible



Treinta cubanos residentes en 11 paises expresan su posicion en visperas del 6to. Congreso del PCC

A tres años de firmada la Declaración de Concordia el 20 de marzo de 2008 por un centenar de cubanos residentes en quince países[1], los firmantes de la presente carta reiteramos los valores contenidos en aquel documento y al mismo tiempo, en vísperas del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba que tomará decisiones que afectarán a todos los cubanos -dentro y fuera de la isla- por lo que también a todos nos concierne, exponemos, con el derecho que nos otorga nuestra condición de cubanos, y como constancia de que en la Diáspora hubo quienes no callaron a la hora de determinar el destino de la patria, nuestros anhelos para una Cuba mejor:

1. Nos pronunciamos a favor de una economía participativa donde todos los cubanos sean partícipes y beneficiarios. La libre actividad económica independiente, como derecho legítimo de los ciudadanos, debe contar con apoyo crediticio, acceso a suministros de trabajo y amplias libertades para producir y comercializar productos y servicios necesarios a la población con derecho a fijar los precios de acuerdo al mercado. No debe haber límites al enriquecimiento personal gracias al esfuerzo y talento propios, pero sobre todo deben estimularse los proyectos no salariales, como la pequeña propiedad individual y las formas cooperativas y autogestionarias mediante estímulos fiscales y otros medios. Ningún trabajador independiente debe ser obligado a contratar ayudantes asalariados si no los desea. Las cooperativas, ya sean tierras o centros cedidos por el Estado, no deben pagar arriendos como si usufructuaran propiedades ajenas cuando esos trabajadores son parte integrante del pueblo, y estos medios, según definición constitucional vigente (Art. 14), forman parte de “la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción” y por tanto, deben tener derecho a vender sus productos y servicios a quienes decidan y a fijar los precios. Así mismo no puede concebirse como admisible que cualquier extranjero pueda invertir en Cuba mientras este derecho le sea negado a los ciudadanos cubanos o de origen cubano, residan o no en el territorio nacional. Igualmente consideramos erróneo cerrar centros o empresas por no haber sido rentables bajo administraciones burocráticas estatales sin dar la oportunidad a la administración autogestionaria de los trabajadores. Creemos también que redundaría en un gran estímulo productivo hacer partícipe a los empleados de los centros productivos estatales de las decisiones administrativas y de las utilidades.

2. La protección de los trabajadores en una economía participativa sólo puede estar garantizada en los marcos de un estado de derecho que les asegure, tanto a ellos como al resto de los ciudadanos, potestades fundamentales como los derechos laborales, y entre ellos, la libre asociación, en particular la creación de sindicatos que protejan sus intereses frente a los posibles abusos de corporaciones privadas o de administraciones burocráticas del propio Estado, el derecho a la huelga, a las marchas de protesta y a leyes que garanticen la inviolabilidad de la propiedad sobre los medios de producción de los trabajadores independientes. Todas las personas actualmente encarceladas y procesadas por motivos económicos debido a las excesivas regulaciones burocráticas, deben ser indultadas y liberadas y las figuras delictivas que le llevaron a prisión, abolidas del Código Penal.

3. El libre uso de la expresión de las ideas debe ser sagrado, y el respeto a ese derecho, una norma que dignifica la condición humana, diferenciada de las demás especies por el pensamiento articulado mediante la palabra. Nos negamos a aceptar un orden que niegue sistemáticamente ese derecho y el menosprecio de los que piensan diferente. Tan repudiable como discriminar por el color de la piel es discriminar por el color de las ideas. Nadie debe pedir perdón o exigir arrepentimiento por haber defendido una causa que creía o cree justa. Sólo la libre expresión de la diversidad de las perspectivas permite una visión más rica de la realidad y la posibilidad del desarrollo y mejoramiento de la sociedad. Por tanto, todos los centros culturales y medios de difusión, sin excluir teatros, salones, galerías y universidades, deben dar cabida a las distintas manifestaciones del pensamiento filosófico, religioso, artístico y político.

4. Ningún ciudadano, en uso de sus plenas facultades, puede ser coartado en su derecho de libre movimiento, tanto en el territorio nacional, como en el arbitrio de viajar fuera de su país y regresar cuando así lo estime, incluso si decidiera residir permanentemente en el extranjero, sin ser objeto por ello de represalias mediante el escarnio público o el embargo de sus pertenencias, ni puede ser forzado a salir de su país o a ser confinado a lugar alguno del territorio nacional, ni a ser recluido a la fuerza en recintos cerrados sin haber cometido delito alguno, ni enviado a campamentos de trabajo forzado, ni a prestar servicios en campamentos militares en contra de su voluntad. El Servicio Militar Obligatorio deberá ser abolido, así como las condenas por supuesta peligrosidad, y también las onerosas exigencias burocráticas para viajar al exterior, como la llamada tarjeta blanca y las cartas de invitación.

5. Los firmantes reiteran su oposición a un orden donde les sean negados a los ciudadanos cubanos, derechos de los que gozan extranjeros residentes en el país, como el de comprar viviendas y automóviles, o el libre acceso a la información, ya sea mediante la televisión parabólica, el internet u otros medios. Como expresáramos algunos de los firmantes en la Propuesta para una Sociedad Participativa subscrita el 22 de marzo del 2009, es preciso “facilitar el acceso de toda la población a las nuevas tecnologías cibernéticas para que puedan emplearse en el desarrollo de iniciativas económicas y sociales de los ciudadanos, posibilidades que los hará competitivos en una sociedad realmente inclusiva” [2].

6. Los cubanos tienen el derecho, sin interferencias impositivas de ningún partido u órgano superior del Estado, a la elección directa de todos sus representantes, no sólo en los Poderes Populares, sino además, en todos los cargos públicos de máxima responsabilidad de las distintas instancias. Es inaceptable un funcionario público al frente de un municipio, provincia o la nación, sin ser propuesto y elegido por los electores de la base por voto directo y secreto, ya sea esta base una circunscripción o un centro laboral. La permanencia en estos cargos no puede ser a perpetuidad ni prolongada, sino de períodos limitados y de una sola reelección. No puede concebirse como democrático el sistema de comisiones de candidatura para “depurar” las elecciones hechas por los electores de la base, ni el llamado “voto unido” en el que el electorado no elige sino que se limita a ratificar elecciones ya realizadas a sus espaldas. Tampoco puede haber dualidad de cargos en la Asamblea Nacional y el Consejo de Estado y de Ministros.

7. Los firmantes exhortan a asumir un espíritu de paz, a renunciar para siempre a la violencia física y verbal, y a fomentar una actitud de fraternidad y concordia. Consideramos los caminos pacíficos como vías para el logro de conquistas sólidas y permanentes, preferentemente el diálogo respetuoso, pero franco. Nos pronunciamos por la reconciliación entre todos los cubanos, a los cuales consideramos una gran familia donde tienen cabida todos los hermanos, piensen como piensen, sean de la raza que sean, hayan nacido donde hayan nacido, del género sexual u orientación sexual que sea. Todos los cubanos encarcelados por motivos políticos deben ser amnistiados, y deben ser abolidas las figuras delictivas que en el Código Penal permitieron estas condenas. La patria está sobre todas las banderas ideológicas, y lo que se impone es la unidad de todos los cubanos para levantar, codo con codo, con un espíritu de concordia, el hogar nacional libre, soberano y próspero.

Dado a los 20 días del mes de marzo de 2011.

Dora Amador, periodista, Florida, USA.
Guillermo Asper, profesor de Information Systems, Brasil.
Roland Behar, agente hipotecario, Florida, USA.
Juan Antonio Blanco, analista político, Florida, Estados Unidos.
Lorenzo Cañizares, sindicalista, Pennsylvania, Estados Unidos.
Rolando Castañeda, economista, Washington D.C., Estados Unidos.
Augusto Rodríguez, periodista, Florida, USA.
Manuel Castro Rodríguez, Profesor universitario, Panamá.
Raúl Colón, editor, periodista y traductor, Canada.
Haroldo Dilla Alfonso, sociólogo, República Dominicana.
Vincent Echave, cirujano y profesor universitario, Canada.
Vicente R. Gutiérrez Santos, Director de empresas y analista político, España.
René Hernández Bequet, sindicalista, Florida, USA.
Ariel Hidalgo, maestro, Florida, Estados Unidos.
Yankilé Hidalgo Rodríguez, profesora, Ecuador
Elena Larrinaga, Presidenta de la Federación Española de Asociaciones Cubanas, España.
Antonio Llaca, médico, Venezuela.
Gerardo E. Martínez-Solana, economista y politólogo, Florida, USA.
Yvette G. Murphy, abogada, Florida, USA
Oscar Peña, Florida, activista de derechos humanos, USA.
José Prats Sariol, Profesor de la Universidad de las Américas, México.
Carlos Saladrigas, empresario, Florida, USA
Pedro Pérez Castro, sindicalista cubano, Venezuela.
Ricardo Puerta, Sociólogo, Honduras.
Miguel Rivero, periodista, Portugal.
Victoria Rivero Elliott, Florida, USA.
Tomás Rodríguez, profesor, activista político, Florida, USA.
Alfredo Sánchez, ingeniero civil, Florida, USA.
Oscar Visiedo, especialista en sistemas de información, Florida, USA.
Eduardo Zayas-Bazán, profesor y autor, Florida, USA.



[1]http://concordiaencuba.blogspot.com/.
[2]http://concordiaencuba.blogspot.com/2009/03/declaracion-de-concordia.html.

Wednesday, March 16, 2011

Comunicado del Comité Ejecutivo del Instituto de Estudios Cubanos


La nueva campaña inquisitorial contra personas de probada integridad como Dagoberto Valdés, es tan repugnante como medieval. Rechazamos estos métodos y exigimos su cese inmediato. Dagoberto y muchos otros no crearon los graves problemas existentes hoy en Cuba. Su “pecado” es hablar de ellos y ofrecer soluciones que no agradan a quienes detentan el poder.

La atmosfera de “plaza intelectualmente sitiada” que ahora se fomenta como justificación al establecimiento de nuevos y férreos controles sobre las conexiones a Internet y el intercambio académico y cultural es una contribución al empobrecimiento espiritual y material de la sociedad en su conjunto. No es casual que los índices de conexión con Internet de Haití y Cuba sean los más bajos del hemisferio occidental. El enfoque policiaco de la tecnología no solo condena a la cárcel a los disidentes y opositores sino a toda la sociedad y generaciones futuras a la miseria.

En Cuba se vive una encrucijada decisiva que no se limita al forcejeo entre la democracia y el autoritarismo o el Estado y el mercado. Lo que está realmente en juego es la opción entre sumarse a la civilización cibernética e insertarse de manera competitiva en los procesos mundiales de globalización, o condenar a la sociedad cubana a un proceso sostenido de involución y pobreza. China no habría podido sacar de la miseria a cientos de millones de personas en breve tiempo si no hubiese comprendido esa realidad.

Si la República prosperó económicamente se lo debió a su eficaz inserción en el proceso civilizatorio industrial entonces en ascenso. El desafío va mucho más allá del debate sobre el trabajo por cuenta propia. El reto es civilizatorio.

Monday, March 14, 2011

¿Se aproxima un Nuevo Día?



Por Lorenzo Cañizares y Rolando Castañeda*

La liberación del Dr. Oscar Elías Biscet y de otros prisioneros de conciencia sin necesidad que tengan que ir al destierro muestra que la nueva realidad que prometió el gobierno cubano está en proceso. Nosotros reconocemos que hemos tenido serias dudas sobre si estos cambios son verdaderos, al mismo tiempo de que hemos estado preocupados de que los cambios socioeconómicos no se han estado llevando a cabo con la rapidez, amplitud e intensidad que se requiere.

Confiamos que la liberación del Dr. Biscet sea el comienzo de acelerar otro proceso de gran importancia inmediata para la nación cubana – la Reconciliación Nacional. Este proceso debe continuar con acciones concretas que le indiquen a la oposición constructiva de que hay espacio en la mesa de las decisiones para todos aquellos que quieran cooperar con la superación de la crisis socioeconómica descrita por el presidente Raúl Castro desde 2007 y el desarrollo de la patria. Nuestra recomendación es que el Gobierno de Cuba haga un llamado para que a esos opositores constructivos se les invite a participar activamente en el proceso de los cambios iniciados. Tal vez lo más importante de esa invitación es que los opositores constructivos se les de completa oportunidad para expresar exactamente lo que sienten y cómo ven ellos lo que se puede hacer en conjunto.

Para los cubanos constructivos en ambos lados categóricos de la lucha ideológica se ha presentado una oportunidad que no se debe desperdiciar. El futuro de Cuba depende de todos nosotros.


*Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.
Rolando Castañeda es economista cubano-americano. Funcionario retirado del Banco Interamericano del Desarrollo. Reside en Washington, D.C.

Thursday, January 27, 2011

Saludando a Obama



por Haroldo Dilla Alfonso


Yo estoy entre quienes saludan la decisión del presidente Barack Obama de dar otro paso para horadar el embargo/bloqueo. En este caso el relajamiento de las restricciones para los intercambios especializados.

Pero también estoy entre quienes lo consideran insuficiente. En lo cual me parezco al Gobierno cubano que dijo más o menos lo mismo —es correcto pero insuficiente, dijo el frívolo Ministro de Cultura— pero solo aparentemente. Sí creo que me parezco muchísimo a los millones de personas que están relacionadas con el tema cubano y que han logrado rebasar la camisa de fuerza del revanchismo político. Que entienden que por ese camino no se va a ningún lugar, y que por mucho que nos alivie los resentimientos —probablemente justificados— terminamos haciendo causa común con la autoritaria élite política cubana.

Y probablemente me parecería más a Obama, si éste pudiera decir sinceramente lo que piensa. Porque al fin y al cabo, Obama pertenece a esos millones de personas que antes mencionaba, solo que es presidente de Estados Unidos. Como tal, juega con el asunto como se maneja un negocio: a base de costos y beneficios. Y hay muy pocos beneficios inmediatos a ofrecer al consumidor político estadounidense. En primer lugar Cuba no es un atractivo económico suficiente. Y en segundo lugar los gobernantes cubanos no han querido dar nada a cambio de un clima más distendido. Absolutamente nada. Al menos que se considere que algo es esa indecencia de mandar al destierro a varias decenas de presos políticos condenados sin garantías en 2003 y mantener en prisión a la docena que se negó a abandonar el país en que nacieron. Creo, como me dijo hace poco un lúcido amigo republicano, que los dirigentes cubanos van a tener mucho tiempo para lamentar no haber aprovechado la coyuntura favorable de los dos primeros años de Obama con un congreso demócrata.

Pero el paso de Obama es positivo. Pues todo lo que tienda a erosionar las políticas gastadas del diferendo es positivo.

El embargo/bloqueo es un fracaso y lo ha sido por cinco décadas. Entiendo que muchos emigrados sigan apoyando esta política, pues el embargo ha sido el peaje que la ansiedad ha pagado a la impotencia ante la continuidad del régimen cubano y del extrañamiento. Hasta entiendo que otros muchos hagan del bloqueo/embargo un repugnante “ábrete sésamo” del ascenso mercurial y político en el seno de una comunidad injustamente desterrada. Pero es un total fracaso y lo seguirá siendo. Peor aún: es una medida contraproducente que termina reforzando lo que quiere eliminar.

No ha logrado ningún cambio político en Cuba, y ha servido a la élite postrevolucionaria para justificar la represión interna ante la población, presentando a cada crítico, disidente u opositor, como un alien antinacional. Ha sido el Leitmotiv para justificar los tremendos errores económicos producto del voluntarismo, la centralización burocrática y la estatización abrumadora. Y ha sido, finalmente, el argumento perfecto para que esta élite se muestre a sí misma como la garantía de la sobrevivencia patria. El embargo/bloqueo ha sido la piedra de toque de una concepción de fortaleza sitiada —para cuya defensa todo vale— en la que han sido educadas generaciones completas de cubanos.

Ha sido tan necesario a la élite cubana que Fidel Castro se ha dedicado con pasión de cruzado a desmantelar cada intento por eliminarlo, desde los tiempos de Ford hasta la actualidad, pasando por Carter y por Clinton. El embargo/bloqueo ha sido su balón de oxígeno, su certificado de heroicidad, la justificación para todos sus fracasos y atropellos.

Si yo fuera Presidente de Estados Unidos por un día (me imagino ahora con un poder absoluto para hacer cosas) ese mismo día eliminaba el embargo, devolvía la base de Guantánamo, ponía a los cinco espías en el aeropuerto de La Habana (al menos a los que no tengan en su contra hechos de sangre) y mandaba un emisario a hablar con el aterido canciller Bruno Rodríguez para restablecer en menos de 24 horas las relaciones diplomáticas plenas.

Es cierto, como dicen algunas personas, que eso va a ser celebrado por los huéspedes del Palacio de la Revolución como una gran victoria. Y está bien que lo hagan: que beban hasta el amanecer y se tomen muchas fotos. Van a tener quince minutos de fama y unas horas para mirarse al ombligo.

El asunto es qué harán el día después, cuando haya que gobernar sin la recurrencia al enemigo externo. No dudo que van a inventar los peligros, pero van a ser cada vez menos creíbles. También hablarán de los problemas económicos como secuelas del bloqueo, pero ¿por cuánto tiempo? Seguirán diciendo que el enemigo externo existe y que disentir es aliarse a él, pero ya no será visible. Estarán obligados a abandonar el discurso seguro, monolítico, sin fisuras, y hacer un uso desacostumbrado del quizás.

Obviamente, de igual manera que el embargo/boqueo no es el culpable de los graves problemas económicos de Cuba, ni justifica la opresión y el autoritarismo políticos; tampoco su eliminación va a generar automáticamente las soluciones a estos problemas, sea a la izquierda o a la derecha. Pero indiscutiblemente genera un escenario menos polarizado y menos enrarecido en el que los actores internos y la diáspora podrán ganar autonomía e incidir en los cambios deseados.

Hay una última razón por la que saludo a Obama, y saludaré siempre cualquier paso en la dirección de la eliminación del embargo/bloqueo. El embargo/bloqueo, no importa ahora su origen hace medio siglo, es un recurso político injerencista. Apoyar el embargo, y su uso por Washington como arma política, es reconocer el derecho de Estados Unidos a ser un actor interno de la política cubana. Y la experiencia histórica nacional indica que esa injerencia política ha sido frecuentemente un motivo de traumas y desestabilización para nuestra nación.

Hay que avanzar hacia la República del futuro reconociendo que en este proceso de mundialización los nacionalismos asépticos son estorbos para la vida. En un mundo globalizado es imprescindible que los estados nacionales cedan cuotas significativas de soberanía, pero deben hacerlo mediante decisión soberana avalada por consultas democráticas. Y en particular en su relación con Estados Unidos, Cuba debe manejar enfoques sofisticados que permitan optimizar las ganancias derivadas de la relación y apuntar hacia el fin último: el bienestar de toda la comunidad nacional, directamente de la comunidad residente en la Isla, e indirectamente de la diáspora.

Me temo que nada de esto pasa por la antediluviana Ley Helms Burton. Que al final, de eso se trata.
© tomado de cubaencuentro.com

Mensaje de Arco Progresista



La Habana, 27 de enero de 2011

A: Comunidad democrática internacional
Internacional Socialista
Partidos, movimientos y personalidades socialistas, socialdemócratas y laboristas.

Mensaje de Arco Progresista

Los días 29 y 30 de enero el partido Arco Progresista intenta realizar su primer congreso. ¿Su objetivo? Completar el proyecto iniciado desde 1992, y dimensionado con el ciclo abierto en 2002, de institucionalización de la socialdemocracia en Cuba. Pero los días 29 y 30 de enero de 2011, las autoridades cubanas no tienen una mejor idea que amenazar con la represión a los Delegados e Invitados de todo el país que participarán en La Habana en el debate de experiencias y en el intercambio de ideas para el mejor destino del país.

¿Objetivo de las autoridades? Destruir lo imposible. Lo nuevo de las amenazas disfrazadas contra los socialdemócratas cubanos es la intimidación velada con el uso posible de la violencia. Y queremos que toda la comunidad internacional recuerde los antecedentes, muy cercanos en el tiempo, de la capacidad singular de las autoridades de la Isla para el despliegue de la violencia contra gente pacífica. El cubano es el gobierno líder en la experiencia de violentar a mujeres con gladiolos y a personas de ideas. Y de negarlo.

Arco Progresista, y por supuesto no somos los únicos, ha sufrido esto en varias ocasiones. En el año 2005 vivimos una experiencia violenta poco envidiable. En 2008, la prominente líder socialdemócrata Denia Rodríguez del Toro, hoy en el exilio, fue objeto de una golpiza que marcó para siempre su existencia, la de su familia y la de la tradición caballeresca de la nación cubana. Más recientemente, Rigoberto Rodríguez Capaz, un activista prominente de nuestra organización, fue el blanco de la violencia gratuita y alegre de gente que siente un orgullo inmenso en golpear a personas con ideales. Esa tendencia fácil a la mano suelta es un gesto innato en quienes piensan que los puños clasifican como un acto heroico de los que fundan la historia.

Se necesita algo más que el uso de la fuerza para mostrar capacidad de liderazgo frente a los desafíos de la nación. Ese algo se llama ideas. Por más de 20 años, los socialdemócratas compartimos con otras tendencias políticas un ramillete interesante de ideas para sacar adelante el país. La hemos ofrecido y las ofrecemos a través del diálogo; por cierto confirmado en su valor por este adelanto de la fuerza en forma de amenaza.

No es inteligente proyectar la rabia por los propios fracasos sobre personas que solo quieren el bien de la nación. Lo es menos amenazar y hacer uso del poder para esconder la propia incapacidad de dar solución a problemas que sufrimos, y que no creamos.

Arco Progresista está decidido a realizar su congreso. Y a asumir las consecuencias.

Manuel Cuesta Morúa
Portavoz