Por Lorenzo Cañizares y Rolando Castañeda*
La liberación del Dr. Oscar Elías Biscet y de otros prisioneros de conciencia sin necesidad que tengan que ir al destierro muestra que la nueva realidad que prometió el gobierno cubano está en proceso. Nosotros reconocemos que hemos tenido serias dudas sobre si estos cambios son verdaderos, al mismo tiempo de que hemos estado preocupados de que los cambios socioeconómicos no se han estado llevando a cabo con la rapidez, amplitud e intensidad que se requiere.
Confiamos que la liberación del Dr. Biscet sea el comienzo de acelerar otro proceso de gran importancia inmediata para la nación cubana – la Reconciliación Nacional. Este proceso debe continuar con acciones concretas que le indiquen a la oposición constructiva de que hay espacio en la mesa de las decisiones para todos aquellos que quieran cooperar con la superación de la crisis socioeconómica descrita por el presidente Raúl Castro desde 2007 y el desarrollo de la patria. Nuestra recomendación es que el Gobierno de Cuba haga un llamado para que a esos opositores constructivos se les invite a participar activamente en el proceso de los cambios iniciados. Tal vez lo más importante de esa invitación es que los opositores constructivos se les de completa oportunidad para expresar exactamente lo que sienten y cómo ven ellos lo que se puede hacer en conjunto.
Para los cubanos constructivos en ambos lados categóricos de la lucha ideológica se ha presentado una oportunidad que no se debe desperdiciar. El futuro de Cuba depende de todos nosotros.
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