Monday, May 25, 2009

¿DONDE ESTAMOS? ¿COMO PODEMOS AYUDAR?





por Rolando Castañeda y Lorenzo Cañizares *


Hace unas cuantas semanas atrás el Washington Post anunció que los estados de Virginia y Maryland esperan ansiosamente el cambio previsto de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. El artículo señaló cómo estos dos estados ya han estado negociando con el Gobierno cubano y lo mucho que han incrementado sus negocios con la isla.


Todo este entusiasmo comenzó con la medida del Presidente Obama en la que relajó las restricciones existentes para las visitas y las remesas de los cubanoamericanos y la respuesta del Presidente cubano Raúl Castro quien dijo que estaba dispuesto a todo tipo de discusión en la mesa de negociaciones, en donde fuera y cuando fuera, incluyendo los temas de democracia, derechos humanos y la libertad de los presos políticos. Poco después Fidel Castro, quien obviamente todavía tiene gran poder en Cuba, acusó al Presidente Obama de mal entender lo que su hermano quiso decir y que no iba a haber debate sobre ninguno de esos asuntos ni ninguna liberación de presos políticos.

Raúl Castro después, a finales de abril, añadió en la reunión del Movimiento de No-Alineado que se celebró en la isla que Cuba no negociará la soberanía nacional ni el sistema político y social con los Estados Unidos. En esto apoyamos decididamente al general, ya que son temas que conciernen única y exclusivamente al pueblo cubano. A la vez la Administración del presidente Obama ha tomado la posición que los Estados Unidos no levantará el embargo hasta que Cuba no tome acciones concretas de cambio en el campo político.

¿Dónde estamos? El gobierno cubano tiene razón en expresar su rechazo categórico a cualquier negociación con un gobierno extranjero que pueda condicionar y que tenga como meta el cambio del régimen de Cuba. Es infantil esperar otra cosa y ningún gobierno negocia su desaparición. El Gobierno cubano no está de acuerdo, ni nosotros tampoco, con unas negociaciones que impongan posiciones externas sobre el manejo interno del país disminuyendo así la soberanía nacional. Sin embargo, es importante señalar que una discusión sobre los temas de derechos humanos o las libertades individuales nada tiene en sí mismas contra la soberanía nacional, es todo lo contrario pues la verdadera soberanía reside en el pueblo que desea más derechos y libertades fundamentales. Así lo consideró el Gobierno cubano al suscribir dos tratados internacionales sobre derechos humanos en 2008.

Recordémonos también que a principios de abril una delegación de congresistas estadounidenses afro-americanos se reunió por varias horas primero con Fidel y después con Raúl. Esto lo interpretamos como un deseo por parte del Gobierno cubano de normalizar sus relaciones con el Gobierno estadounidense y especialmente con un presidente extremadamente popular en el ámbito internacional. Asimismo, es importante destacar el cambio del Ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, quien era conocido como parte de la línea dura, o de los talibanes, hacia los Estados Unidos, por Bruno Rodríguez Parrilla, quien fue el representante cubano en las Naciones Unidas de 1995 al 2003, lo que debe ser interpretado como un deseo del Gobierno cubano de poner aun diplomático de carrera para explorar las posibilidades de unas mejores y más realistas y pragmáticas relaciones con los EE.UU.

Simultáneamente periodistas extranjeros residentes en la isla han señalado que la situación de los pagos externos de la isla se ha deteriorado aceleradamente, que comenzaron de nuevo los apagones y que académicos cubanos han cuestionado el ritmo de las medidas internas necesarias para enfrentar la difícil situación económica que se ha agudizado por la crisis financiera internacional.

Muchos cubanos en este lado del Mar Caribe y en otros sitios de la diáspora han respondido de diferentes modos a lo que está pasando entre los dos gobiernos y en Cuba. Como hemos dicho anteriormente consideramos muy significante y correcta la posición adoptada por la Fundación Nacional CubanoAmericana en referencia al embargo. Esa posición no sólo reconoce la realidad de que el embargo es muy poroso sino que también es hora de comenzar un nuevo capítulo (¿recuerdan aquello de dar un pasito pa´lante varón?). El momento ha llegado en que los cubanos de la diáspora empecemos a tomar una posición mucho más activa en la reconciliación y la reintegración nacional de nuestro pueblo, lo que además es ineludible, colaborar a superar los difíciles problemas nacionales y establecer un proyecto de país que la mayoría del pueblo cubano desea. ¿Cómo podríamos ayudar? Dando los pasos necesarios para establecer una mesa nacional donde representantes de todos los cubanos trabajen conjuntamente para definir y desarrollar las bases para resolver los problemas nacionales.

Debemos tener en consideración que Cuba para poder desarrollarse económicamente necesita un ambiente pacífico de sus relaciones externas, especialmente para realizar importantes cambios estructurales internos. La distensión con el gobierno estadounidense no sólo es necesaria sino también es imprescindible para detener la desviación de recursos que se utilizan en gastos militares y en resolver problemas diplomáticos causados por el aislamiento político establecido por Estados Unidos. ¿Por qué Estados Unidos se opone a que Cuba entre a instituciones financieras internacionales que le ayuden a determinar los cambios que desea realizar? Cuba necesita de recursos técnicos, inversiones y mercados extranjeros para desarrollar su muy desvastada economía. Muchas compañías extranjeras se cohíben de negociar con Cuba debido a las penalidades que se le podrían imponer por la violación del embargo estadounidense, no sólo de la ley Helms Burton sino también de la Ley Torricelli que violan normas básicas del derecho internacional o lo hacen en condiciones muy ventajosas para ellas. Así Sherritt tiene estándares ambientales en la isla que están prohibidos en Canadá bajo el principio de que el que contamina paga por ello. Cuba necesita recursos para poder explotar sus ricos depósitos minerales, particularmente su petróleo, expandir las posibilidades turísticas y comerciar normalmente con su mercado cercano más importante lo que es impedido por la falta de inversiones extranjeras y el embargo estadounidense.

*Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.

Rolando H. Castañeda es economista cubano-americano; jubilado del Banco Interamericano de Desarrollo. Reside en Washington, DC.

Monday, May 11, 2009

SILVIO RODRIGUEZ PIDE QUE LOS CUBANOS TENGAN DERECHO A ENTRAR Y SALIR DE SU PAIS


La negación del visado al cantautor cubano Silvio Rodríguez para poder entrar en Estados Unidos a un acto de homenaje al músico Peter Seeger, y su aparente difusión del hecho por el artista provocó una carta en la prensa dominicana de un cubano residente en este país. A ella responde Silvio Rodríguez. A continuación ambos textos publicados en El Nuevo Diario, República Dominicana, domingo 10 de mayo de 2009.


CARTA ABIERTA AL CANTAUTOR SILVIO RODRIGUEZ

por Adrián Leiva

Quien le escribe es un cubano igual que usted. Primero me solidarizo con su reclamo ante la negativa de las autoridades migratorias de Estados Unidos a otorgarle visa de entrada a ese país. Lamento que su arte musical no haya podido estar presente al acto cultural celebrado en Nueva York, en homenaje a Peter Seeger. Igualmente como la mayoría de los cubanos rechazo todas las leyes extraterritoriales que atentan contra la soberanía de nuestro pueblo.

Aclarado esto, también deseo compartir con usted otra realidad mucha más triste que la negativa de un Estado a conceder visa a un extranjero.

A lo largo de los últimos cincuenta años, miles de cubanos se han visto imposibilitados de entrar en Cuba, incluso para asistir al funeral de un familiar allegado, como puede ser la madre o un hijo. Esto incluye a otros músicos cubanos, artistas radicados en el exterior a quienes les es prohibido entrar a su propio país a pesar de que su arte ha llevado bien en alto el nombre de Cuba. Celia Cruz es el caso emblemático.

Mi progenitora ya tiene 80 años. Se me ha prohibido entrar en Cuba, lo cual indica que también podré sufrir igual atropello a mi derecho humano y ciudadano. Usted no es una amenaza a la sociedad norteamericana. Yo tampoco lo soy para la sociedad cubana. No somos terroristas ni asesinos.

La justicia no puede ser revestida con el manto de la ideología política. Ella es simplemente justicia. La primera de todas las ideologías es el respeto a la dignidad en la condición humana de la persona.

Lamentablemente en nuestra Patria existe una condición llamada salida definitiva, que constituye una aberración antihumana. Esta disposición administrativa es anticubana y representa un acto atentatorio contra el legado de nuestros mambises que lucharon por una Patria Libre para el disfrute de todos los cubanos. El pensamiento que los guiaba era la máxima martiana “Con todos y para el bien de todos.”

Compatriota Silvio: Mi libertad termina donde comienza la suya. Es loable respetar para ser respetado y le doy las más altas garantías que estás líneas están escritas desde el más absoluto respeto a su condición humana y cubana. Por lo mismo espero que usted tenga igual consideración hacia mi persona y hacia el pedido que le haré en su condición de hombre de arte comprometido con la justicia social y las ideas progresistas en consecuencia al tiempo histórico que nos ha tocado vivir.

Le invito a que su voz y su guitarra entonen una canción que reclame la concordia entre todos los cubanos, el respeto a la diversidad, a la unidad de la dividida familia cubana y la cancelación de la nefasta salida definitiva que constituye el mayor oprobio a la sangre derramada por nuestros antecesores. No le pido una canción protesta. Quisiera mejor una canción de amor que toque las puertas de los corazones de todos los cubanos. Sobre todos a los que más precisan de esa palabra.
Invite si quiere a todos los artistas que quieran ser solidarios con está causa de los ausentes. Que canten a favor de que un día también podamos estar presentes. Invite a Fito Páez, Ana Belén, Serrat, Pablo, Chico, Mercedes Sosa, y a todos los que quieran ofrecer su corazón. Canten a la libertad y al derecho de todos los cubanos a estar en nuestra tierra.
Adrián Leiva


RESPUESTA ABIERTA AL CIUDADANO CUBANO ADRIAN LEIVA

por Silvio Rodríguez Domínguez.

La Habana, 10 de mayo de 2009, 5 de la tarde.
Sr. Adrián Leiva:

En primer lugar, no he hecho reclamo alguno porque no me hayan dado visa para entrar a los Estados Unidos. Sólo le escribí un correo a mi hermana diciéndole que como no me llegaba la visa para cumplir con la invitación al concierto de Pete Seeger, iba a regresar a Cuba a continuar con mi trabajo. Los organizadores del concierto nos pidieron permiso para publicar mi correo y se lo dimos. Por eso se supo. Dos días después, mientras se llevaba a cabo el homenaje, le escribí una disculpa al Maestro Seeger, explicando por qué ―a mi entender― no había podido asistir a la cita. Alguna prensa después se ha encargado de manipular lo sucedido.

Por otra parte, varias veces me he pronunciado públicamente sobre lo que considero un error de nuestra política migratoria, como la llamada carta blanca o permiso de entrada y salida al territorio nacional, medida que considero obsoleta y que debe ser erradicada. Estoy convencido de que cuando ese impedimento absurdo no exista nuestro país será mejor y todos los cubanos vamos a sentirnos mejor.

No le garantizo que voy a escribir una canción sobre el tema, porque yo no soy el único que manda en eso: también necesito a las musas. Pero sí le prometo que voy a seguir planteando en todas partes que los ciudadanos cubanos deben tener derecho a entrar y a salir de su país cuando lo deseen y, por supuesto, cumplan con los requisitos legales para hacerlo.

Silvio

Wednesday, May 6, 2009

EL PRESIDENTE OBAMA SU EJEMPLO E INSPIRACION LATENTES PARA CUBA

Rolando H. Castañeda y Lorenzo Cañizares

El presidente Barack H. Obama con unos 100 días de gobierno muestra una serie de ejemplos y desafíos al mundo, los cuales también son particularmente aplicables a Cuba. Ha planteado enfrentar simultáneamente y con determinación varios problemas fundamentales que afectan a la sociedad estadounidense y desea establecer buenas relaciones y distensión con el resto del mundo, especialmente con sus vecinos más próximos. Está más interesado en el futuro y en lo que es necesario cambiar que en enmarañarse en saldar conflictos y desencuentros del pasado. Ha abandonado la consigna simplista y sectaria de conmigo o contra mí, así como descalificar sus adversarios, que no sólo caracterizaron a la administración anterior sino que traen recuerdos de los talibanes cubanos de ambos lados del Estrecho de la Florida.

El presidente Obama está centrado en una estrategia de gran envergadura para cambiar el modelo neoliberal prevaleciente a principios del Siglo XXI y reformular el papel del Estado en la sociedad para brindar servicios sociales básicos a todos, regular los grandes poderes económicos y establecer una escala diferente de valores donde las violaciones a los derechos humanos estén proscritas. Así, decidió cerrar la Base de Guantánamo, eliminar las torturas, así como las restricciones a los viajes y remesas de los cubanoamericanos a la isla. Su actitud resuelta fundamentada en sí se puede, o más bien en sí podemos, está llevando a que el pueblo estadounidense recobre su confianza y perciba con más optimismo y ecuanimidad el futuro en momentos socioeconómicos aún difíciles, a que lo apoye mayoritariamente y a que aumente su popularidad personal. La oposición republicana se ha concentrado en rebatirlo con posiciones ideológicas y condenar sus propuestas pragmáticas de cambio en vez de ofrecer alternativas, específicas y viables, lo cual ha tenido el efecto adverso de consolidar su liderazgo interno y externo.

Por su parte, el gobierno Cuba después de unos 645 días del recordado discurso de Raúl Castro del 26 de julio del 2007 en el cual prometió cambios estructurales y de conceptos, así como eliminar prohibiciones excesivas que desató la mentalidad y actitudes de cambio y superación de los cubanos, sólo ha realizado algunos que, aunque bienvenidos y significativos, son de efectos limitados. Estos incluyen la subscripción de dos tratados internacionales sobre derechos humanos que comprenden temas económicos y sociales, así como civiles y políticos, autorizar la venta de artículos generalmente fuera del alcance de la mayoría de los ciudadanos y otorgar tierras en usufructo a los campesinos. Adicionalmente, en Brasilia el general Raúl Castro señaló en una rueda de prensa que está dispuesto al diálogo con los que difieren respetuosamente (“El mundo sería muy aburrido si todos tuviéramos que pensar igual de todo. La diferencia es una virtud, lo que hay es que saber llevar las discrepancias con altura, respetando a los demás, sencillamente; pero exigiendo que se nos respete”). En Caracas indicó que está dispuesto a discutir todos los temas pendientes con los EE.UU. A pesar de las restricciones aún vigentes del embargo, EE.UU. es el quinto socio comercial de Cuba.

La diáspora ha dado pasos concretos conciliatorios, apoyando la derogación de las políticas de la Administración de George W. Bush y ha manifestado su disposición a un diálogo con las autoridades cubanas sobre la reconciliación y reunificación nacional. Esto ha hecho evidente que el enemigo y el peligro más importantes que el gobierno cubano enfrenta no son ni el gobierno de los Estados Unidos ni la diáspora, sino la posición inmovilista e intransigente de los talibanes internos apegados a una ideología del siglo XIX y a modelo social que ha fracasado categóricamente a nivel mundial en el siglo XX.

El presidente Obama y el general Raúl Castro están enfrascados y confrontan problemas similares de cómo hacer realidad las expectativas de cambio que generaron en sus respectivos países.

Consideramos y proponemos un pronto diálogo y normalización de las relaciones entre las autoridades gubernamentales y la diáspora, que además de su valor intrínseco y contribución a la reunificación y reconciliación nacional, sería un paso decisivo para lograr la normalización de las relaciones entre los EE.UU. y Cuba, lo que a su vez conllevará enormes beneficios para el pueblo cubano. Asimismo, consideramos que la diáspora debe hacer claro su rechazo y alejamiento categórico de las posiciones de los talibanes externos de apoyo al aislamiento, al embargo y a las medidas draconianas de la administración anterior hacia Cuba con las que, por error u omisión, la diáspora fue asociada y que tienen, con mucha razón, amplio repudio a nivel internacional, particularmente en Latinoamérica.

¿Somos ingenuos? Todo lo contrario, estamos apoyando con realismo la posición de los académicos e intelectuales y de la disidencia de la isla y de muchos compatriotas de la diáspora que plantean una organización social con mayor participación política y económica, con libertades y derechos civiles y que permita mejorar la difícil realidad cotidiana de nuestros compatriotas. Tarde o temprano habrá líderes en la isla que rechacen vivir con todas las limitaciones y mediocridades innecesarias del presente inspirado en sí se puede, o más bien en sí podemos.



Rolando H. Castañeda es economista cubano-americano; jubilado del Banco Interamericano de Desarrollo. Reside en Washington, DC.

Lorenzo Cañizares es sindicalista cubano-americano. Especialista de Organización para la Pennsylvania State Education Association. Reside en Harrisburg, PA.

Sunday, May 3, 2009

CARTA A RAUL CASTRO


por Ariel Hidalgo


General, quien le escribe es un cubano que pone a nuestro país por sobre toda posible diferencia personal, política o ideológica. Y en nombre de esa patria común que no es de nadie en particular, sino que pertenece, y sólo en espíritu, a todos aquellos que la aman desinteresadamente, le ofrezco la perspectiva de quien, quizás desde fuera, sin las pasiones de odios o resentimientos, ve las cosas de nuestro país más claramente sobre la situación presente.

General, muchos cubanos prestigiosos residentes en Cuba que han demostrado su fidelidad a los principios originarios del proceso revolucionario, y que difícilmente pueden ser catalogados de ''apátridas'' o ''contrarrevolucionarios'', epítetos con que se suele descalificar a quienes manifiestan criterios diferentes a la política oficial, ya han expresado por diferentes vías su descontento con políticas gubernamentales obsoletas aún vigentes y han presentado inteligentes propuestas para superar barreras que en los marcos del actual modelo han demostrado ser insolubles.

Si así piensan estos hombres, ¿qué no estará pasando por las mentes de gran parte de los cubanos que, aun sufriendo las consecuencias de esas políticas, han optado hasta ahora por el silencio o la doble moral? No creo que tenga que informarle que la inmensa mayoría de ellos, de una manera u otra, realiza actividades económicas ilícitas y que ve como principal adversario, no al ''imperialismo'', no el llamado bloqueo, no a los disidentes, sino a las propias autoridades gubernamentales. Otra buena parte intenta escapar del país por diferentes vías, en muchos casos con pérdidas de vidas humanas.

A nuestro humilde juicio, si su gobierno no toma valientemente la decisión de realizar cambios efectivos que mejoren las condiciones materiales y un mayor acceso a la información y la libre expresión, la población poco a poco va a ir apropiándose por su propia cuenta de espacios hasta ahora vedados por políticas restrictivas que usted mismo ha criticado, y las autoridades no podrán imponer el cumplimiento de la ley sin arrestar a cientos de miles de ciudadanos. Su gobierno irá avanzando por un camino y la sociedad por otro y en consecuencia la ingobernabilidad se hará patente. Finalmente puede llegar el momento en que de la mera informalidad se pase en muchos casos a la criminalidad y de las críticas se pase a protestas públicas, muy difíciles de frenar por medio de la fuerza sin el pago de un alto costo político y humano, consecuencias que quien le escribe está muy lejos de desear.

Si en cambio procediera usted a realizar las transformaciones ansiadas por la inmensa mayoría de la población, tendrá el beneplácito y el respaldo franco no sólo de casi todo el pueblo, sino incluso de muchos compatriotas distanciados actualmente del proyecto vigente, algunos de los cuales se encuentran actualmente en prisión por la sola razón de haber discrepado con políticas desacertadas impuestas por dirigentes que desde hace mucho tiempo perdieron la brújula de los más hermosos ideales. Una muestra de buena voluntad hacia la rectificación de esos errores debería comenzar por su liberación, seguida de la despenalización de muchas de las figuras delictivas del Código Penal cuya sola existencia revela flagrantes violaciones de elementales derechos y libertades, como ''propaganda enemiga'', ''desacato'' y ''asociación ilícita'' entre otras, y de la creación de canales accesibles para la libre expresión de las opiniones. Destierre para siempre el temor de que la difusión de los señalamientos críticos va a ser usado por la propaganda de sus enemigos contra su gobierno, pues, inversamente, esa tolerancia será su mejor defensa ante la opinión pública y le permitirá detectar mejor cuáles son y cómo solucionar las principales deficiencias de la política interna.

Actúe no como enemigo de una ciudadanía que intenta resolver, por cuenta propia, los problemas urgentes que el estado no ha sido capaz de solucionar, sino como aliado, liberando del exceso de cargas restrictivas e impositivas a los pequeños productores de la ciudad y del campo, facilitándoles insumos y materia prima y permitiéndoles el acceso a todas las posibles fuentes crediticias.

Y finalmente, general, coopere con la reunificación de la familia cubana suprimiendo restricciones, tanto para los cubanos que viajan al exterior como para los que entran a visitar a sus familiares, sobre todo reduciendo las elevadas tarifas a viajes y comunicaciones telefónicas. Permita que aquellos que deseen regresar a vivir puedan hacerlo y que los que viven en el país puedan permanecer largas temporadas en el exterior sin tener que abonar fuertes recargos.
Ytodo esto debe hacerlo no como reciprocidad ante medidas semejantes tomadas o por tomar por parte de un gobierno extranjero, ni debe dudar ante falsas lealtades con quienes permanecen atascados en desfasados dogmas estalinistas que únicamente conciben el socialismo como aquel donde cada ciudadano no es más que una tuerca de la maquinaria estatal. Su compromiso, general, es con el pueblo de Cuba.
infoburo@aol.com

Friday, May 1, 2009

Emplazan a Raúl Castro

La confusión que prevalece en parte del pueblo cubano y la opinión pública internacional debe cesar mediante el reconocimiento que han sido y son las altas autoridades del régimen impuesto en Cuba las que temen al debate nacional de ideas y la búsqueda de un mejor destino para nuestro país. Los adversarios del régimen no somos obstáculo para los imprescindibles cambios y transformaciones que requiere nuestro querido pueblo. Son los jefes del país los que incurren en el crimen de frenar las reformas y los cambios, conculcando los derechos de los ciudadanos y la soberanía del pueblo sobre el Estado, que debe estar a su servicio. La juventud cubana merece tener un porvenir en la tierra que los vio nacer en vez de verse obligados a emigrar para labrarse un futuro en otras latitudes. El pueblo cubano no debe seguir siendo rehén de una interminable espera. Es una vergüenza que las autoridades de La Habana, encabezadas por el general Raúl Castro, se dispongan al diálogo con el extranjero, al tiempo que se niega al diálogo entre cubanos.

Reiteramos que el inicio de una Mesa Nacional es el mejor modo de canalizar los cambios democráticos, económicos y sociales que el país necesita. Los que disienten dentro de Cuba, nuestros presos políticos, los exiliados y la gran mayoría del pueblo que se opone al actual status quo de nuestro país no somos mercenarios subordinados a ninguna potencia extranjera, ni somos contrarrevolucionarios. El puesto de mando de Cuba debe dejar la retórica y la descalificación de sus adversarios y acabar de entender que el origen del conflicto y su centro no es entre el gobierno de Cuba y el de los Estados Unidos, sino entre los propios cubanos. Quienes destruyeron las esperanzas del pueblo cubano tienen nacionalidad cubana, quienes han ejercido la dictadura más antigua de América son ciudadanos cubanos, los contrarrevolucionarios que se aferran a las riendas del país son nativos de Cuba. Hacemos un firme llamamiento a los gobiernos del mundo a entender también estas realidades y a ejercer su influencia sobre las autoridades de la isla para que ayuden a buscar la normalización de las relaciones entre cubanos, que son más necesarias, urgentes y genuinas que las relaciones Régimen cubano-Estados Unidos. El próximo año van hacer 2 décadas que estamos abogando por abordar cívicamente el conflicto del país entre cubanos en una Mesa Nacional y hasta hoy han sido los vestidos de verde olivo los que se han negado al Encuentro Nacional.

Hoy nos dirigimos a Raúl Castro: él tiene la palabra. Lo emplazamos a que demuestre su nacionalismo accediendo a un diálogo, debate franco y verdadero en una Mesa Nacional entre cubanos antes que con los extranjeros.

Rene Gomez Manzano, Carlos Alberto Montaner, María Elena Cruz Varela, Aida Levitan, Félix Fleitas, Enrique Patterson, Omar López Montenegro, Juan Antonio Blanco, Juan Manuel Cao, Manuel Vázquez Portal, Rose Pujol, Teresita de la Paz, Sebastián Arcos, Ricardo Bofill, Domingo Jorge Delgado, Roberto M. Bismarck, Luis G. Díaz Ortega, Manrique Oscar Iriarte, Hiram Abi Cobas, Camilo Loret de Mola, Ramón Colas, Dulce María de Quesada, Rafael Palacios Capablanca, Rodolfo González, Emilio Ichikawua, Juan Suárez Rivas, Eduardo Rodríguez, Miguel Rivero, Francisco Pérez, María Juana Cazabón, Eduardo Salvado, Augusto Rodríguez, Ricardo López, Tania Rodríguez, Raúl Gómez de Molina, Mickey Garrote, Yolanda Miyares, María Rosa Arcos, Raquel Fernández, Raúl Fajardo, Rita Fleitas, Estela Jaime, Armando Añel, Mirtha Arnal, José Manuel Revilla, Mercedes García, Alberto Martínez, Fidelma Leonor Perera, Clara Solís, Alfredo Rancaño, Tomás Rodríguez, Sergio Rodríguez, Nicolás Pérez Diez Argüelles, Virgilio Beato, Lillian Castañeda, René Hernández Bécquer, Byron Miguel, Humberto G. Esteve, José Alfonso Almora, Jorge Gastón Silva, Martha Pardiño, Roberto Fontanillas, Rolando Behar, Arnoldo Muller, Elena Montes de Oca, Lucy E. Suárez, Eduardo Ojeda Camaraza, Berta Mexidor, José Alberto Vargas, Eduardo Zayas Bazán, Emiliano Suárez,. Francisco Rodríguez Ramos, Gerardo E. Martínez Solana, Pedro Pérez Castro, Arnoldo Varona, Antonio Llaca Bustos, Pablo Rodríguez Carvajal, Marifeli Pérez-Stable, Rafael Warry Sánchez, Jorge Sotolongo, Juan Manuel Salvat, Lourdes A. Quirch, Magali Aguilera, Lissette Bustamante, Ricardo Puertas, Marcelino Miyares, Julia del C. Alemán, Jadir Hernández Hernández, Alezandra Salazar Flores, Caleb Vega, Pablo D. Pérez, Rebeca Ulloa, Darsi Ferrer, José Ignacio Rasco, Oscar Visiedo, Alvaro Alba, Miguel Cossio, Oscar Peña.

ENCUENTRO OBAMA-CASTRO




por Ricardo Puerta

Casi un centenar de nacionales de origen cubano, que viven dentro y fuera de la Isla, han remitido la semana pasada al Presidente de Cuba, Comandante Raúl Castro, una carta donde analizan qué deben conversar Barak Obama, Presidente de Estados Unidos, y el Presidente de Cuba, si llegaran a reunirse para empezar a resolver el diferendo binacional que por décadas tiene congeladas las relaciones entre EE.UU y Cuba. La Carta emplaza a Raúl Castro a que demuestre su nacionalismo accediendo a un diálogo, debatefranco y verdadero en una Mesa Nacional entre cubanos, antes que con los extranjeros.

La invitación al diálogo la reiteró Obama, en la recién pasada Cumbre de Presidentes Latinoamericanos, celebrada en Trinidad-Tobago. En esa Cumbre, Cuba no participó, pero se convirtió sin duda en el tema imposible de obviar dentro de la agenda discutida.

La invitación de Obama para dialogar sobre cualquier aspecto del tema cubano, en principio, la aceptó Raúl sin pre-condiciones, “siempre que no se lesione la soberanía del país”. Pero casi de inmediato su hermano Fidel, en “Reflexiones”, columna de fondo habitual del Comandante en el Diario Granma de Cuba, expresó su desacuerdo en tratar temas como presos políticos, disidencia interna, exilio, etc., a menos que Estados Unidos levante primero el embargo.

Para los cubanos firmantes de la Carta, el diferendo Cuba- EE.UU. es una parte importante, pero realmente insignificante, dentro del amplio, múltiple y sofocante conflicto, que por más de 50 años enfrenta internamente la dirigencia cubana ante su pueblo, por ahora sin resolver. Por esta larga espera, que por su duración se siente trágica, han circulado por lo menos 3 generaciones consecutivas de cubanos, al costo de vivir bajo una dictadura, con servicios estatales gratuitos de educación y salud, aunque deficientes después del la caída de la URSS, y sin cumplir todavía con la promesa de un bienestar generalizado, que sin duda todavía forma parte de la retórica oficial del “paraíso de los trabajadores”. Por las condiciones cotidianas, económicas y políticas, en que el cubano de a pie vive en la Isla, si lo existente es realmente el paraíso prometido, por sus grandes limitaciones e ineficiencias parece entonces estar más cerca del infierno que del cielo.

Acertadamente expresa la Carta enviada a Raul que “el origen del conflicto y su centro no es entre el gobierno de Cuba y el de los Estados Unidos, sino entre los propios cubanos. Quienes destruyeron las esperanzas del pueblo cubano tienen nacionalidad cubana, quienes han ejercido la dictadura más antigua de América son ciudadanos cubanos, los contrarrevolucionarios que se aferran a las riendas del país son nativos de Cuba”.

Aunque en ese largo devenir, también haya habido potencias mundiales entrometidas, Estados Unidos y Rusia, y más reciente, la “solidaria” Venezuela. Todos han aportado infructuosamente masivas transfusiones de recursos a un paciente que lleva años sufriendo una imparable hemorragia interna. Los intrusos, en vez de remediar o solucionar el conflicto cubano interno, lo han empeorado, agregándole complicaciones de injerencia y violaciones de la soberanía y de la nacionalidad. Por ahora, no se vislumbra que ninguna de las partes involucradas tenga una solución firme con esperanzas de futuro. Y en este sentido, pareciera que Cuba fuera como la zarza del Exodo en la Biblia, que arde en fuego sin llegarse a consumir.

Al momento, resolver la compleja y larga tragedia cubana a través de una bien preparada reunión de 2 presidentes, es como si la solución fuera tan simple e inviable que equivale a meter un elefante en una cajita de fósforos, o llegar a graficar la enmarañada realidad de años en una caricatura, que por definición, reduce y exagera al mismo tiempo los rasgos que la caracterizan. Podrán resolver mil problemas propios de la relación bilateral, pero lo esencial de la tragedia cubana no esta en el enemigo externo, sino entre y dentro de los mismos cubanos.

Por eso, los firmantes de la carta al Presidente Raúl Castro esperan que la tal negociación entre ambos gobiernos no se convierta en una distracción más de la actual dirigencia cubana para seguir evadiendo los imprescindibles cambios y transformaciones que por años le ha negado el régimen comunista al sufrido pueblo cubano.

Sin embargo, si Obama y Raul llegaran a reunirse, lo más práctico sería no mirar al pasado, sino hacia el futuro. El pueblo cubano no debe seguir siendo rehén de esta interminable espera. La orientación hacia delante esta justificada, al menos, por el número de cubanos que han nacido en los últimos 50 años en la Isla, bajo el mismo gobierno y la misma cúpula dirigente. Quienes han nacido bajo “esas mismas condiciones” suman alrededor del 90% de la población total cubana: 12.4 millones que viven en Cuba, y más de 3 millones de emigrados, de origen cubano, que forman las distintas diásporas de connacionales esparcidas por el mundo. Ambos, comparten en común la patria única que los vio nacer, a pesar del tiempo y la geografía que los separa. Ambos, al menos por razones humanitarias y de reunificación familiar, esperan re-encontrarse y poder compartir un mejor futuro, sin los tormentos internos y externos que hoy los dividen.

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Sociólogo, académico e investigador nacido en Cuba y radicado en Honduras.