Saturday, March 20, 2010

A dos Años de la Declaración de Concordia

Ariel Hidalgo

Hace justamente dos años, el 20 de marzo de 2008, un grupo de cubanos de la Diáspora dimos a conocer una declaración que sería firmada por un centenar de compatriotas residentes en quince países de Europa y América: Declaración de Concordia, en la que, poniendo distancia de las posiciones de dos grupos de cubanos de dentro y fuera de Cuba atrapados durante medio siglo en la confrontación y el odio, nos pronunciábamos a favor de la paz y la reconciliación y nos negábamos a “seguir alimentando el odio y el resentimiento recíprocos que han engendrado en la historia nacional de forma cíclica, violencia y fratricidio”.

Considerábamos que no debía aceptarse, bajo ninguna circunstancia, “discriminación alguna basada en diferencias raciales, económicas, culturales, de sexo u orientación sexual, ideológicas, religiosas u origen nacional”. De estas diferencias era obvio que la de las ideas era la que más conflictos había generado y considerábamos que la convivencia y la concordia dentro de la familia cubana debían ponerse por encima de esas diferencias. “Entendemos que concordia cubana significa asegurar la convivencia entre todos los hermanos de la patria común sobre la base del respeto a las diversas perspectivas y credos. De ningún modo deberá admitirse que tales diferencias puedan obstaculizar o amenazar esa convivencia”. En consecuencia nos pronunciábamos a favor de una amnistía de todos los cubanos “de todas las orillas políticas e ideológicas” que por motivos de sus ideas se encontraran encarcelados o amenazados con penalizaciones tanto dentro como fuera de Cuba.

Rechazábamos la pretensión de imponer un orden que frenara el potencial creador del ser humano y generalizara un estado de “igualdad en la miseria”, sino aquel que lo liberara de ataduras y lo estimulara para generar riquezas y abundancia en todo el país “en condiciones de igualdad de oportunidades, y derechos económicos y sociales”.

Nos oponíamos, igualmente, a las pretensiones de reclamos de restitución de antiguos propietarios sobre bienes como viviendas y pequeñas parcelas agropecuarias en caso de un proceso de transición hacia un modelo de mayores aperturas, aunque no negábamos el derecho a posibles indemnizaciones como de hecho fueron indemnizados propietarios extranjeros en particular españoles. “No nos anima un espíritu de rapiña o despojo, sino de ayuda desinteresada en el mejoramiento y reconstrucción del hogar común”. Igualmente considerábamos que las conquistas sociales logradas en materia de servicios de educación y salud, debían ser preservadas.

Traducida a tres idiomas, español, inglés y francés, la declaración fue publicada en varios países de los dos continentes, divulgada en varios blogs dedicados al tema cubano y enviada a más de cuatrocientas direcciones electrónicas dentro de Cuba. La Declaración fue el punto de partida de lo que se llamó “Movimiento Concordia”, un paragua de proyectos que marchan en una misma dirección con el fin de “alcanzar, por vías pacíficas, mediante el diálogo crítico y la discusión cordial, una sociedad participativa donde todos, piensen como piensen, tengan cabida por igual, donde prime la fraternidad y no el odio”.

Uno de esos frutos fue la carta dirigida al Presidente de los Estados Unidos Barak Obama a favor de sus buenos oficios para cambiar la política de restricciones económicas sobre Cuba. La respuesta del presidente se produjo el pasado 8 de diciembre: “Por favor, estén conscientes de que sus preocupaciones estarán presentes en mi mente en los días venideros”.

Estamos convencidos de que la prédica de la paz, la reconciliación y el amor, como el agua que suavemente va erosionando poco a poco las más duras rocas, terminará finalmente por imponerse en los corazones de la inmensa mayoría de los cubanos.

1 comment:

  1. ?Que podemos hacer Ariel? Yo continuo escribiendole a Obama sobre la libertad de viajes, tanto como en contra del embargo y el perdon de los 5 heroes. Tanto como haciendo contacto con Cubanos en Cuba para crear puntos de cooperacion.
    Un abrazo,
    Alina

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